"Sin emociones, el cerebro no aprende"
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Me llamo David Bueno, soy profesor en la Universidad de Barcelona, en el Departamento de Genética. Siempre he trabajado en la relación entre genética y cerebro. Cómo nuestros genes hacen que el cerebro termine siendo como es. Y eso implica trabajar en neurociencia. Neurociencia es comportamiento, comportamiento es aprendizaje, o aprender forma parte de nuestro comportamiento. Y es aquí cuando empecé a meterme hace diez o doce años en el tema de la neuroeducación, de cómo nuestro cerebro aprende, cómo podemos sacar provecho del funcionamiento del cerebro. Y es de lo que quería hablar hoy también con vosotros.
La neurociencia es una gran desconocida todavía porque solo hace quince o veinte años que se está trabajando a nivel profundo con el cerebro humano. Cualquier cosa que nosotros aprendemos, el cerebro lo guarda en un patrón de conexiones determinado.
"El cerebro es dinámico, no es estático. Está constantemente en flujo, pasando información de un sitio a otro. Esta información puede ser conocimientos, conceptos… Pero, sobre todo, son actitudes y aptitudes"
Nuestro cerebro está formado por células, por neuronas. Tenemos, aproximadamente, unos ochenta y cinco mil millones de neuronas en el cerebro. Pero el número no es importante. Necesitamos un mínimo para funcionar como seres humanos. No se es más listo, ni menos listo, ni más creativo, ni menos creativo por tener más o menos. Lo que importa para el cerebro son las conexiones que hacen estas neuronas entre ellas. Tenemos alrededor de unos doscientos billones de conexiones en el cerebro. Cualquier cosa que aprendemos altera algunas de estas conexiones. Y es en este patrón de conexiones donde almacenamos la memoria.
Por tanto, aprender es cambiar nuestro cerebro. Cambiarlo físicamente porque hacemos conexiones nuevas. Esto es aprender. No sólo eso. Cuantas más conexiones haya en un aprendizaje, mejor lo recordamos y con más eficiencia lo podemos utilizar. Y cuantas más zonas del cerebro conecte cualquier aprendizaje, también mejor lo recordamos y con más eficiencia lo podemos utilizar. Lo que significa que para aprender bien un aprendizaje debe ser transversal y contextualizado, puesto en un contexto. Un contexto implica muchos elementos más. Esto es lo que quiere el cerebro, lo que prefiere, para aprender cualquier cosa. Ya sean conceptos, ya sean actitudes, ya sean aptitudes. Es igual. El cerebro las distingue un poco, algunas las automatiza. Las aptitudes terminan automatizadas y los conceptos no. Pero a nivel de conexiones, el aprendizaje es eso. Hacer conexiones nuevas.
Biografía
Doctor en biología y profesor de genética en la Universidad de Barcelona. Especialista en neurociencia. Premio europeo a la divulgación científica y autor del libro "cerebroflexia" y "neurociencia para educadores".