Pilar Jericó

Escritora y divulgadora

"Los padres tenemos que poner límites aunque nos cueste y nos duela".

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Un niño es una posibilidad, es un mundo de grandes posibilidades. Pero, ¿qué es lo que permite que un niño, ya de mayor, sea una gran persona, una buena persona, o se quede por el camino? Lo que define un camino u otro es, precisamente, la educación. La educación que recibe en casa, la educación que recibe en la escuela, la educación que recibe en todo el contexto. El alcanzar una posibilidad u otra va a depender de nosotros, de lo que hagamos como adultos, como padres, como educadores.

¿Cómo podemos despertar la grandeza en nuestros hijos? Y cuando hablo de grandeza, no hablo de la grandeza de éxitos profesionales, hablo de la grandeza de espíritu. La grandeza que nos permite tener una vida con sentido, el coraje para tener una vida en la que nosotros somos los protagonistas. No podremos despertar la grandeza en nuestros hijos si no la despertamos previamente en nosotros. Nuestros hijos son nuestros maestros, son nuestros espejos de aquellas dificultades que a veces tenemos. ¿Cómo vamos a pedir a nuestros hijos que gestionen el conflicto si nosotros no sabemos hacerlo? ¿Cómo vamos a pedir a nuestros hijos que digan las cosas con cariño si nosotros no sabemos tratarnos con cariño? Poder desarrollar la grandeza interna es el primer paso para la educación. Educarnos a nosotros mismos también, porque solo desde ahí podremos despertar la fuerza, el coraje que sea lo que inspire a nuestros niños.

La autoestima es un proyecto de vida. De hecho, yo creo que vamos siempre trabajando sobre ella, porque nos vamos encontrando diferentes escollos que nos ponen en vilo esa autoestima. Para cultivarla, el mejor camino es conectando con la vulnerabilidad. Con aprender a querernos tal cual somos. Y eso vamos a enseñárselo a nuestros hijos. Por eso es bueno, de alguna manera, hablar de nuestros errores. Naturalizar el error. La autoestima no tiene por qué estar vinculada, como decíamos, al éxito. No, la autoestima es querernos como somos. También hay que despertar el sentido del humor. Cuando nos equivocamos, cuando nos confundimos, aprender a reírnos de nosotros mismos porque el sentido del humor es uno de los elementos más poderosos para despertar la autoestima. Si queremos que nuestros hijos tengan una mayor autoestima, tenemos que comenzar con nosotros, con nuestra vulnerabilidad, aceptando cómo somos. Y otro elemento importante para la autoestima es la perseverancia. Hasta para aprender a querernos tenemos que ser perseverantes.

Recetas para que tus hijos sean buenas personas

Todo lo que está relacionado con la escucha genera buenas conversaciones. Si queremos cambiar nuestro mundo, necesitamos cambiar nuestra conversación. Que sean conversaciones más amables. Conversaciones hacia afuera y conversaciones hacia nosotros mismos. Y para ello, necesitamos aprender a escuchar. Y eso significa aprender a estar en silencio. Esto lo podemos aplicar en nuestro día a día. Con nuestros hijos es especialmente significativo, para eso tendremos que sentarnos y escucharlos. Escucharlos de una manera activa, presente. Cuando estemos con nuestros hijos, es importante darles ese tiempo de calidad para que se sientan ellos los protagonistas. Y eso lo logramos cuando quitamos, primero, las distracciones. Por ejemplo, a la hora de la comida que no haya televisión. Que no haya móviles, que no haya nada que interrumpa, que lo más importante sea la conversación, la comunicación, darnos tiempo para nosotros.

Hay que aprender a decir que no. Los seres humanos somos mamíferos sociales que vivimos en sociedad, y por lo tanto tenemos que vivir y convivir con ciertos límites, y esos límites los necesitamos aprender desde casa. Los padres tenemos que poner límites, aunque nos cueste, aunque nos duela. Estamos haciendo un flaco favor si no somos capaces de poner límites. Límites en valores, límites en lo que cada uno considere, pero la buena educación parte de dar espacio, de dar todo el margen de maniobra, de creatividad y libertad, pero cuidando los límites.

Todos tenemos inseguridades. Absolutamente todos, a algunos se les nota más, a algunos se les nota menos, algunos lo han trabajado más, otros lo han trabajado menos. Primero acepto que tengo esta inseguridad. La negación es el principal problema en la educación. Un pequeño truco es utilizarlo como fuerza en el aprendizaje.

Todos los que tengamos hijos sabemos que los niños nacen con la creatividad. Si no, les damos un bolígrafo, un papel, algo de pequeñines y ya van a empezar a garabatear. La creatividad es inherente al ser humano, lo que es una lástima es que a veces se la coartemos. ¿Qué podemos hacer como padres para fomentarla? La creatividad surge cuando juntamos dos tipos de mente. La mente focalizada, centrada, trabajada con la que nos ponemos a resolver un problema. O tenemos la mente difusa, la que dejamos vagar y empieza a conectar con nuevas conexiones neuronales que no imaginábamos. Pero hace falta que estén las dos mentes al mismo tiempo, la mente focalizada y la mente difusa. Es decir, nosotros necesitamos que nuestros hijos pongan esfuerzo, trabajen, pero al mismo tiempo tenemos que crear espacios para que tengan esos momentos de esparcimiento mental para que surja la creatividad.

Biografía

Pilar Jericó es doctora en Organización de Empresas habiendo estudiado en universidades tan prestigiosas como Harvard o la Universidad de California. Es, además escritora, profesora en la Universidad Carlos III y en diferentes escuelas de negocio. Además, es autora de libros como ‘No Miedo’, ‘Poderosamente frágiles’, ‘¿Y si realmente pudiéramos?’.