¿Qué tipos de caldera existen?
Antes de detenernos y explicar qué caldera es más eficiente, vamos a repasar los distintos tipos:
En base al combustible
- Calderas de condensación (de gas natural): son las más comunes y, por mucho, las más eficientes. Esto se debe a que aprovechan una parte importante del calor latente que se genera durante la condensación (cuando el agua pasa de estado gaseoso a líquido), algo que en las calderas más tradicionales no ocurre (lo que hace que se escape hasta un 35% del “poder calorífico” que se genera). Esto hace, como hemos dicho, que sea más eficiente (un 10%, de media, menos de consumo)
- Calderas de biomasa: es un tipo de caldera eficiente (aunque en menor medida que la anterior) que destaca, sobre todo, por su sostenibilidad. ¿Qué la hace beneficiosa para el medio ambiente? Obtiene la energía para calentar el agua del uso de pellets, huesos de aceitunas, cáscaras de huevo, residuos forestales, y no de un combustible fósil.
- Calderas de gasoil: utilizan gasóleo (de tipo C), en lugar de gas, para funcionar, lo que las convierte en la alternativa “ideal” para aquellas zonas en las que el suministro de este último no llega, aún sin ser la opción más eficiente. Requiere de espacio adicional para el almacenamiento del combustible fósil con el que, proceso mediante, calienta la vivienda.
- Calderas eléctricas: calientan la casa con electricidad, en lugar de gas, por lo que son consideradas como un “sistema de calefacción limpio” (al no generar “malos humos” ni haber riesgo de fugas). Eso sí, para que su funcionamiento no genere “cortes de luz”, se debe contratar una potencia eléctrica alta.
En base al uso
- Acumulación: dispone de un depósito integrado (con una capacidad que oscila entre los 40 litros y los 60 litros), permitiendo disponer de agua en aquellos hogares en los que su consumo, al producirse desde varios puntos y simultáneamente, no puede cubrirse con otro tipo de caldera.
- Microacumulación: son calderas que disponen de un pequeño depósito de agua caliente (de un litro, habitualmente) que se dispensa cuando el aparato se pone en marcha (lo que permite disponer de este líquido, ya calentado, desde el primer momento y no tener que esperar a que la caldera lo caliente a la temperatura que se le indica).
En base a su colocación
- Murales: son aquellas que, como su propio nombre indica, se colocan en el “muro” de una estancia (como, por ejemplo, la cocina). Suelen ser de pequeño tamaño (lo que permite instalarlas en “casi” cualquier pared) y de bajo peso. Funcionan con gas.
- De pie: son las que, a diferencia de las murales, no se apoyan en ningún lugar (las patas que la soportan son su única fijación). Son grandes y pesan bastante, algo que no las impide adaptarse a la mayoría de las cocinas (siempre que funcionen con gas). Si lo hacen con gasoil o pellets, y dado que se necesitaría “almacenamiento extra”, sería más complicado.
¿Qué tipo de caldera es más eficiente?
De entre todos, el tipo de caldera más eficiente, y en ello coinciden la mayoría de los expertos, es el de condensación.
¿Por qué es el tipo de caldera más eficiente?
Las calderas de condensación son las más eficientes, al tener un rendimiento superior al 100% (respecto del PCI) y del 98% (respecto del PCS). ¿El motivo? Como ya hemos comentado, aprovechan el calor de los humos que se generan en la condensación, lo que reduce el consumo que realizan en casi un cuarta parte respecto a otros tipos de caldera y eleva su eficiencia.
Este tipo de calderas son, además de más eficientes, más sostenibles, al emitir, de media, un 70% menos de CO2 a la atmósfera, y menos ruidosas.