A la hora de salir de una crisis como la del COVID-19, lo primero es sobrevivir a ella. ¿Cómo podemos conseguirlo? Se recomienda analizar de forma rápida y precisa tres factores:
- Conocer la situación real de nuestro negocio en ese momento concreto.
- Optimizar nuestros recursos de la mejor forma posible.
- Aprovechar el CORE de nuestro negocio, es decir, sacar el máximo partido de aquello que sabemos hacer de forma eficaz.
Como hemos comentado, para poder retomar la actividad con ciertas garantías, una de las posibilidades que hemos de plantearnos es la alianza empresarial. Una acción que, dada su enjundia, parece estar destinada únicamente a las grandes corporaciones. Nada más lejos de la realidad, ya que también son realmente útiles para pymes y empresas.
Antes de plantearnos esta alianza entre dos empresas, debemos interiorizar estos consejos:
- Asimilar que la propuesta de alianza entre dos empresas no es un símbolo de debilidad. Se trata de una estructura que ayuda a reforzar ciertas habilidades de nuestra empresa que son susceptibles de segregación.
- Interiorizar que nuestros clientes están sufriendo los mismos problemas que nosotros o, quizás, unos parecidos.
Puntos clave a la hora de plantear una alianza empresarial
Si nos decidimos por realizar una alianza entre dos empresas, primero hemos de:
- Hacer inventario de las necesidades generadas por la crisis.
- Analizar nuestras fortalezas, es decir, ver qué es lo que vamos a poder ofertar a nuestros posibles aliados.
- Identificar los socios potenciales que compartan nuestro mismo objetivo.
Una vez hemos tenemos claro cuáles serán los socios de la alianza empresarial, hemos de definir:
- Objetivo.
- Ámbito de actuación.
- Aportación de recursos por cada una de las partes.
- Mecanismo de gestión.
- Duración de la alianza entre las dos empresas.
Establecer una alianza empresarial no significa que se forme una relación societaria. Es únicamente una relación temporal, lo que nos obliga a tener claro: el límite en el tiempo, los objetivos de la misma, los órganos de gestión, los recursos que aplica cada una de las partes y, sobre todo, la valoración económica de dichos recursos, ya que será lo que marque el reparto final de los beneficios.
En una alianza entre dos empresas se pueden llegar a aportar desde recursos humanos y tecnológicos a medios de producción o, incluso, recursos financieros. Por eso es tan importante tener siempre presente lo comentado con anterioridad.
Como pymes, hemos de adaptarnos a las nuevas demandas del entorno si queremos ser competitivos y aportar valor a nuestros clientes, hecho que finalmente se materializa en ventas. En algunos casos, esta adaptación supone un gran esfuerzo, sobre todo para pequeñas y medianas empresas, tanto en términos económicos como de tiempo. Por ejemplo, y si tomamos como referencia la crisis actual del COVID-19, esta nos exige la adquisición de una gran cantidad de material sanitario para atender a nuestros clientes. Un hecho que ha sido difícil de conseguir por el desabastecimiento y el complicado acceso a los mercados y proveedores.
Para mejorarlo, en muchos casos (tanto en España como en otros países) se ha optado por alianzas empresariales entre pequeñas, medianas y grandes empresas, consiguiendo así un acceso rápido, inteligente y económico a ellos. Es lo que se conoce como sinergias. Esto reafirma que estas alianzas entre dos o más empresas pueden suponer, más en este tipo de situaciones, no solo una ventaja sino, también, la única posibilidad.
Tipos de alianzas entre empresas
A la hora de llevar a cabo estas alianzas empresariales, se tienen en cuenta su diversos formatos:
- Centrales de compras, las cuales pueden atender a empresas del mismo sector que tienen necesidades concretas y comunes o a empresas de diferentes sectores que quieren negociar y comprar de manera conjunta servicios generales.
- Sociedades creadas entre pymes, lo que las permite la contratación conjunta de servicios de uso común (comedores, limpieza, etc), previo establecimiento de condiciones de uso y pago
- Cooperativas o sociedades que se crean para dar una ventaja a sus socios.
- Consorcios que permiten el reparto de costes (en exportación de nuestros productos) e, incluso, crear planes de comercialización conjuntos entre los participantes.