Descubre cómo reducir tu huella de carbono
Con acciones sencillas puedes conseguir que tu forma de consumir energía sea más responsable con el medio ambiente.
Regular la temperatura de la nevera
Conseguirías ahorrar un 5 % de energía por cada grado que aumentes.
La electricidad que utiliza la nevera supone casi la cuarta parte de la factura de la luz. Bajar un grado su temperatura puede llegar a suponer que su consumo se incremente un 5 %.
Prueba estas ideas para optimizar el uso del frigorífico y reducir su consumo:
- Mantén la temperatura del frigorífico a 5 ºC y a -18 ºC la del congelador. Los alimentos se conservarán en perfecto estado.
- Si tu nevera no tiene termostato, regula la intensidad del frío en función de la estación. Mantén su potencia al mínimo en invierno y súbela a media intensidad en verano.
- Descongela los alimentos dentro del frigorífico, evita que pierdan propiedades y se aprovecha su frío para mantener la temperatura de la nevera.
- Procura mantener la nevera y el congelador libre de escarcha ya que actúa como aislante.
- Abre la nevera el menor tiempo posible y evita introducir alimentos que estén calientes.
Llevando a cabo estos cambios conseguirás ahorrar energía y mejorar la conservación de tus alimentos, lo que evitará su desperdicio.