El Día de las Pymes, celebrado en España cada 27 de Junio, es un reconocimiento a la importancia de las pequeñas y medianas empresas en la economía. Y es que, más del 90% del tejido empresarial español está compuesto por pymes, lo que las convierte en el motor económico del país. Con una gran presencia en el sector servicios, existen diferencias entre la pequeña y la mediana empresa, basadas en dos criterios principales: sus ingresos anuales y la cifra de trabajadores asalariados con la que cuentan.
Según los datos facilitados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a través de los informes de Cifras Pyme, la pequeña y mediana empresa en España generaba el doble de empleo que las grandes empresas, antes de la pandemia. Unos números que, tiempo después y todavía inmersos en ella, no han cambiado mucho: mientras que las grandes compañías dan trabajo a 5,7 millones de personas, en España, las pymes superan los 8,7 millones. Junto a la pequeña y la mediana empresa también se encuentra la microempresa.
Si deseas saber más acerca de cada tipología y sus características, así como la forma de diferenciar si estás ante una pequeña o una mediana empresa, ¡sigue leyendo!
Cómo saber si nuestro negocio es una pequeña o mediana empresa
Las diferencias entre pequeña y mediana empresa quedan establecidas en el Anexo I del Reglamento de la UE 651/2014 de la Comisión Europea, cuya normativa también queda recogida en España a través de la Ley 5/2015, del 27 de abril. En esta legislación, de carácter comunitario, quedan definidos los 3 modelos según tres criterios: económicos, organizativos y patrimoniales (aunque también hay que tomar en consideración el canon tecnológico).
En lo económico y patrimonial, las diferencias se hallan en la facturación anual y el balance económico. En este sentido, se considera pequeña empresa a aquella cuya facturación no supera los 10 millones de euros anuales, siendo mediana empresa cuando llega hasta los 50 millones de euros al año (y un balance general que en ningún caso excederá los 43 millones de euros).
Respecto al aspecto organizativo, este se relaciona con el número de trabajadores asalariados que tenga la compañía. La pequeña empresa no tendrá más de 50 empleados mientras que la mediana empresa podrá ampliar esta cifra a los 250 empleados.
Además, algunos índices utilizan complementariamente el criterio relativo a ‘lo técnico’, refiriéndose con esto al tipo de actividad o campo de acción de la empresa, y en especial si es o no de base tecnológica.
La pequeña y la mediana empresa en España suponen un porcentaje bajo dentro del mentado 90% correspondiente al total de las pymes en nuestro país (un 5% y un 0,7% respectivamente). Es la microempresa la que ocupa la mayor parte, gracias a las casi tres millones de empresas (con y sin personal asalariado) que existen.
¿Cómo se calculan los datos para clasificar las pymes?
Para calcular el número de empleados y el balance financiero de las pequeñas y medianas empresas hay que tener en cuenta los datos correspondientes al último ejercicio que se haya cerrado y computado, conforme a una base anual. Esta evaluación del volumen de negocio se realiza sin tener en cuenta ni el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) ni los impuestos indirectos.
En el caso de que la empresa sea de nueva creación, las cuentas se elaborarán en base a los datos de estimaciones fiables que se hayan dado durante el ejercicio financiero en curso.
¿Cuáles son las principales características de las pymes?
Al igual que es posible enumerar las diferencias entre la pequeña y mediana empresa, se puede hacer lo propio con aquellas características que los unen y les convierten en un vector fundamental para la economía del país. Entre las más destacadas se encuentran:
- La rapidez en la toma de decisiones: una forma de actuar que no se suele dar en las grandes compañías, al contar estas con más responsabilidades a nivel burocrático, además de ser más compleja la coordinación entre sus equipos, al ser más amplios.
- El contacto con el cliente: tiene mayor capacidad para estar cerca de él, lo que les permite un trato más personalizado acorde con las necesidades del cliente, pudiendo solventarlas más rápido e incrementar, con ello, su satisfacción y fidelización con la empresa.
- Una mayor flexibilidad: es una ventaja inherente a la pequeña y mediana empresa, puesto que se adapta con mucha más facilidad a potenciales cambios, transformando su estructura y procesos según las necesidades.
- El hábitat laboral y el sentido de pertenencia: uno de los elementos más determinantes a la hora de diferenciar una gran empresa de una pyme. En el segundo caso, el empleado es pieza angular del proyecto, hecho que hace más sencillo que se forjen fuertes vínculos entre ambas partes.
- La comunicación horizontal: mientras que en la gran empresa existen mecanismos jerárquicos que hacen más compleja esta forma de comunicarse, en las pymes si es viable (con un cariz transversal entre todas las áreas de la empresa).
En resumen, las pymes son el motor principal de la economía a nivel mundial (y nacional). Si deseas saber más sobre ellas, o el Día de las Pymes, entra en bbva.es e infórmate.