¿Cómo franquiciar un negocio?

Descubre los pasos a dar para hacer crecer tu empresa a través de este modelo de negocio.

Existen empresas que, llegado el momento, se ven incentivadas a redefinirse si su objetivo es expandirse (nacional e internacionalmente). 

Una de las formas de hacerlo es, sin duda alguna, optar por un modelo de franquicias que posibilite, a medio/largo plazo, ese crecimiento que se busca y lo haga, muy importante, sin que se realice una gran inversión de capital. Pero, ¿cómo se puede franquiciar un negocio? En este artículo os vamos a responder a esta pregunta, explicando los pasos que debe dar una empresa si, como se indica al inicio, apuesta por esta “modalidad de negocio”.

¿Cómo franquiciar un negocio?

Son varios los pasos a dar, cada uno más importante que el anterior, a la hora de franquiciar un negocio:

Pasos a seguir al franquiciar un negocio

Lo primero es saber si, realmente, se está preparado para “emprender el viaje” que supone franquiciar un negocio (a nivel económico y de marca). Es decir, hay que comprobar que, por un lado, se está en ese “punto”, financieramente hablando, en el que este “cambio” es viable y, por otro, hay que estar seguro de que la actividad que desarrolla la empresa es adaptable a una franquicia y que la empresa es adaptable a una franquicia (con un modelo de negocio sólido y testado en el mercado).

Si la respuesta es ‘sí’, en ambos casos, el siguiente paso es conocer los aspectos legales que son necesarios para franquiciarse y, sobre todo, profundizar en lo relativo al contrato de una franquicia (en concreto, saber cuáles son los requisitos mínimos a cumplir, al elaborarlo, incluyendo lo relacionado con la información precontractual). 

En tercer lugar, hay que definir el modelo de franquicia que se va a crear, incluyendo en él, por ejemplo, la inversión que se tendrá que realizar (no solo para su montaje, también para la puesta en marcha y, si es posible, para los costes fijos que se prevean en los 3-4 meses posteriores), la cuantía de los royalties (o importe que se cobrará a los franquiciados por los servicios que le presta) y otros costes, la ubicación y el tamaño de las zonas de exclusividad que tendrán las franquicias (para que no se “quiten negocio” las unas a las otras), el tiempo que se dedicará a formación (y la manera de impartirla) o, como no, los términos del contrato.

Este último no es el único documento que, al franquiciarse, hay que elaborar. Durante el proceso de definición de la franquicia, ha de redactarse, entre otros, el manual de operaciones (en el que se especifican, en detalle, todo lo que respecta al negocio: lo relativo a su gestión, los procesos a realizar y, también, lo vinculado a la comercialización, el marketing o la atención al cliente.

Una vez se termina este “proceso de definición”, el siguiente paso para franquiciar un negocio es formalizar, como tal, este hecho. Para ello, lo habitual es recurrir a la ayuda de un abogado que sea experto en este tipo de procedimientos (y que conozca bien la Ley de Franquicias) para que asesore en cada uno de los “movimientos” que se realicen.

Pasos a seguir tras franquiciar un negocio

Tras franquiciar el negocio, el franquiciador debe crear y estructurar una central de franquicias, la cual le ayudará a dimensionar la red de la que va a disponer. De esta forma, podrá prestar la atención que estas requieran y, con ella, hacer que rentabilicen su inversión adecuadamente.

Eso sí, una vez se tenga esta “central”, hay que buscar las franquicias que la conformen. Un proceso que suele ser más lento al inicio e ir “acelerándose” con el paso del tiempo, y para el que se necesita, en el caso de las franquicias más pequeñas, de un buen argumentario y de tener claros los canales por los que se van a conseguir esos franquiciados (portales web, ferias, consultoras, etc.). En el caso de aquellas empresas que están más consolidadas, lo habitual es que opten por la creación, dentro de ella, de un equipo de expansión que se encargue de buscar profesionales del sector que puedan y quieran formar parte de la cadena (es decir, y a diferencia de las anteriores, no externalizan la actividad).

¿Qué otros aspectos se deben valorar al franquiciar un negocio?

Hay aspectos que, si bien es cierto que no forman parte de ese “cómo franquiciar un negocio”, han de valorarse, ya que van a tener un papel protagonista en el devenir de la/s franquicia/s

Por ejemplo, no hay que olvidarse de formar, de manera continua, a los franquiciados (para que puedan sacarle el máximo partido a su franquicia y, además, ayuden a reforzar la marca que representan). De igual forma, hay que elaborar unos manuales de operaciones en los que se incluya, lo más detalladamente posible, toda la información de la franquicia que, en un momento y otro, puedan precisar.

También hay que darles el soporte que necesiten (y cuando lo requieran), o lo que es lo mismo, hay que estar atentos y tratar de solucionar, lo antes posible, los problemas que les surjan o, también, facilitarles el asesoramiento o las herramientas que puedan demandar (para su día a día).

¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes de franquiciar un negocio?

Una vez se conoce la manera de franquiciar un negocio, hay que detenerse y analizar las ventajas y los inconvenientes que puede ‘dar un paso’ tan importante:

Ventajas de franquiciar un negocio

  • Se consigue un desarrollo mayor, y en menor tiempo, con una inversión económica más baja.
  • Se invierte menos dinero en personal y, también, en el control y supervisión de la plantilla.
  • Se reducen los intermediarios.
  • Se rebaja el riesgo a asumir (a nivel financiero y comercial).
  • Se reciben “ideas” (y estás no tienen coste alguno).
  • Se agiliza un posible plan de expansión de la marca.
  • Se facilita la llegada a nuevos mercados.
  • Se lleva a cabo una política de proveedores más eficiente.
  • Se genera una marca reconocible, presente en el mercado, lo que genera una mayor confianza en los clientes.

Inconvenientes de franquiciar un negocio

  • Se invierte, inicialmente, una importante cantidad de dinero.
  • Se puede tener una mala relación con el franquiciado (al no ser un jefe,  sino que franquiciado y franquiciador son socios).
  • Se asumen, en cierta medida, los errores del franquiciado.
  • Se pierde el contacto con el mercado (al menos, de manera directa).
  • Se toman decisiones, pero han de “consensuarse”, en ocasiones, con el franquiciado (incluidas las estratégicas del negocio).
  • Se puede sufrir ‘competencia desleal’.

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