¿Qué determina el valor de las cosas? Intervienen tantos factores que a menudo no es fácil saberlo. Una persona, un lugar o un objeto son importantes para ti por aquello que representan en tu día a día: sensaciones, pensamientos, experiencias, recuerdos… Una amplia escala de valores que constituye creencias individuales sólidas, las cuales poseen una raíz emocional y la capacidad de influir en actitudes y comportamientos.
Como si fuesen unas gafas a través de las que ver con nitidez la vida, cada uno de los valores encuentra sentido en su habilidad única para destacar eso que hace verdaderamente especial y merecedor de estima a alguien o algo. Pero, a veces, toda esta escala de valores parece quedar reducida al valor del dinero o a un precio de venta. Aunque, para poder distinguir su auténtico alcance es aconsejable tomar un punto de vista más amplio y conocer así las diferentes perspectivas que convergen a la hora de asignar valor de las cosas. ¿Quieres saber más? ¡No dejes de leer!
Más allá del dinero, ¿cómo se puede cuantificar este valor?
Independientemente de su cuantía en términos de dinero, hay diversas formas de asignar valor de las cosas. Unas responden a elecciones personales: qué significa, por ejemplo, para ti esta persona, lugar u objeto. Aquí juegan un rol trascendental las vinculaciones afectivas o emocionales, así como el tipo de educación recibida en lo que a valores se refiere.
Sin embargo, y también dentro de la escala de valores (que analizaremos posteriormente), existen los denominados valores éticos, que actúan como principios que rigen la conducta humana. Centrados en el ámbito del deber y de lo correcto, estos se ciñen a lo que socialmente es considerado aceptable. De esta forma, algunos de los valores éticos más comunes son la justicia, responsabilidad, honestidad, valentía, tolerancia, solidaridad, humildad y el respeto, entre otros.
¿Por qué las cosas tienen valores distintos?
El valor que adquieren las cosas varía de una persona a otra. Porque no a todo el mundo estas les producen la misma felicidad o conseguirlas les cuesta igual; ya se mida este esfuerzo en tiempo o dinero. En definitiva, cuando concedes valor a alguien o algo, estás tomando conciencia de lo que supone para ti y, a la vez, también te ves obligado a renunciar a otorgarle ese espacio preferente a otra persona u objeto.
Por tanto, asignar valores supone establecer jerarquías, decidir cuál es el orden en que se organizan. Una tarea que no resulta sencilla, ya que hay valores susceptibles de ser cuantificados de manera objetiva y mientras que otros no se pueden calibrar según este método. La escala de valores previamente mencionada nace, precisamente, de la aplicación de este proceso de jerarquización de valores, ¿conoces en qué consiste?
Escala de valores: ¿qué es importante para ti?
Susceptible a múltiples cambios a medida que transcurren los años y lo vivido, la escala de valores determina las prioridades de cada persona y cómo estas se ordenan a diario. La influencia de la familia, la sociedad y las vivencias contribuye a moldear esta lista de valores que, además, conforme acumulas experiencia, sigue ampliándose.
Con frecuencia, la escala de valores se halla influida por las actitudes y pautas de actuación que son consideradas adecuadas no solo por el individuo, sino por las personas que lo rodean y la sociedad en su conjunto. Así pues, ¿qué valoran más los jóvenes hoy?
¿A qué le otorgan los jóvenes hoy más valor?
No es sencillo ser joven hoy. La lucha contra el cambio climático y las iniciativas en favor de la igualdad entre personas constituyen dos de los mayores desafíos que, a escala global, se encuentran a la orden del día. Además, existen amenazas sobre el futuro de estas nuevas generaciones: inestabilidad socioeconómica, precariedad laboral, alta competencia profesional, subida de los precios en el mercado inmobiliario…
Si bien el dinero continúa siendo tremendamente importante en la rutina cotidiana de los jóvenes, también es cierto que otros valores han ido adquiriendo mayor protagonismo. De hecho, la búsqueda de una realización personal está en auge. Por ello, las nuevas generaciones de trabajadores apuestan por empleos que fomenten su creatividad, les permitan aprender habilidades adicionales, tengan en cuenta sus necesidades de cara a conciliar responsabilidades laborales y familiares, y sean empresas que velen por el cuidado y la preservación del medio ambiente.