En una remota aldea de Bangladesh, 43 mujeres querían iniciar trabajos artesanales. Pero había un serio problema: necesitaban financiación para poder comprar máquinas de coser. Un banquero de la zona les prestó dinero por valor de 27 dólares. La concesión y posterior devolución de este pequeño préstamo se convirtió en el primer microcrédito de la historia.
Este banquero era el catedrático de Economía y emprendedor social Mohamed Yunus, quien más de 30 años después dijo en su discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz (2006): “pienso en un mundo en el que no haya una sola persona pobre”. También conocido como ‘el banquero de los pobres’, Yunus es considerado el artífice e impulsor del concepto microcrédito, el cual cuenta con unas características únicas, muy distintas al resto de créditos. Si deseas conocer cuáles son y qué utilidad presentan, no dejes de leer.
¿Qué es un microcrédito?
Hablar de microcréditos implica hacer referencia a préstamos de pequeñas cantidades de dinero, concedidas a muy bajo o nulo interés. Además, los microcréditos se caracterizan por dotar de financiación a emprendedores sin recursos que no pueden acceder a un préstamo en condiciones normales, debido a que no poseen garantías de pago ni avales. Principalmente, los microcréditos se utilizan para poner en marcha acciones de emprendimiento social, individual o colectivo, con las que generar ingresos económicos y fomentar el desarrollo en comunidades desfavorecidas.
Precisamente, fue en 1974 cuando Mohamed Yunus acuñó el término microcrédito como una propuesta para combatir la pobreza en su país natal, Bangladesh. Y es que este catedrático, a través de varios casos similares al de la aldea mencionada al comienzo del texto, descubrió que cada préstamo, por muy pequeño que este fuese, podía producir un cambio sustancial en las posibilidades de personas sin otros recursos para sobrevivir.
Ya desde su definición, los microcréditos abogan por una redistribución de la riqueza que, en vez de concentrar el dinero en unas pocas grandes empresas, ayude a un elevado número de emprendedores a crear sus propios proyectos a escala local, siendo así capaces de dar trabajo a muchas personas y lograr que comunidades enteras en vías de desarrollo puedan salir de la pobreza.
Diferencia entre un crédito y un microcrédito
Aunque tanto los microcréditos como los créditos al consumo conllevan, por parte del prestatario, la obligación de amortizar el capital concedido, entre ambos tipos de préstamos existen ciertas diferencias muy significativas que, sobre todo, remiten al motivo que propició la aparición de los microcréditos: apoyar a personas carentes de recursos económicos. A continuación, dichas desemejanzas aparecen agrupadas en torno a los tres elementos siguientes:
- Aval de pago: a diferencia de la mayoría de los créditos, los microcréditos no requieren garantías de pago ni hace falta tener un avalista para poder solicitar esta vía de financiación.
- Intereses: los créditos al consumo poseen un tipo de interés más alto, mientras que los microcréditos se distinguen por tipos muy bajos, a veces hasta nulos.
- Importe: ya lo indica su denominación, los microcréditos suelen conceder cantidades de dinero más pequeñas que los importes que otorgan los otros préstamos al consumo.
Asimismo, junto a las diferencias señaladas entre los microcréditos y los créditos personales, se podrían añadir que estos últimos suelen solicitarse para financiar y pagar en varios plazos algunos gastos que, ya sean programados o imprevistos, suponen un desembolso económico alto como, por ejemplo, la compra de un coche, electrodomésticos o de mobiliario para la casa.