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Ahorrar en luz y en gas, ¿cómo puedo hacerlo?
Muchas de las pautas que vamos a indicar para ahorrar en luz y en gas son de sobra conocidas, lo que no hace malo el recordarlas.
Si se quiere ahorrar en luz
- Revisar el tipo de tarifa que se tiene contratada, ya que no siempre se cuenta con la que mejor se adapta a los hábitos y/o al estilo de vida que se tiene en ese momento. En el caso de la luz, el foco debe ponerse en la potencia, la cual tiende a ser superior a la necesaria.
- Cambiar la iluminación de casa por LED también permite ahorrar en luz, aunque pueda parecer lo contrario por su precio de venta en tiendas. A medio plazo, y dado que consumen mucho menos que los modelos catalogados como ‘incandescentes’, este tipo de alumbrado ayuda a reducir el coste de la factura.
- Usar responsablemente los electrodomésticos en el día a día, lo que implica, por ejemplo, no poner la lavadora o el lavavajillas si no están del todo llenos o, también, aprovechar los programas que realizan un menor consumo de energía.
- Evitar el conocido como ‘consumo fantasma’ favorece el poder ahorrar en la factura de la luz. Se trata de evitar ese gasto energético que tiene lugar cuando los aparatos electrónicos de la casa se quedan en ‘stand by’ (es decir, no están plenamente operativos pero no han sido apagados por completo). Algo que ocurre, en la mayoría de los casos, con la televisión, ordenadores o los cargadores de los teléfonos móviles).
Existen más trucos para ahorrar en luz como, por ejemplo, el usar la programación de los aparatos eléctricos o aprovechar la discriminación horaria (horas punta y valle). Por último, y como solución más sostenible, se pueden instalar placas solares las cuales, como ocurría con la iluminación de bajo consumo, son algo más costosas a priori pero más económicas a posteriori.
Si se quiere ahorrar en gas
- Moderar la temperatura de la calefacción, tanto en verano como en invierno, es uno de los pasos a dar para ahorrar en el consumo de gas. Entre octubre y mayo, meses de más frío, es importante que la temperatura de la casa se mantenga entre los 21 ºC y 23 ºC, pauta a seguir con el aire acondicionado durante los meses de verano (los transcurridos de junio a septiembre). Cada grado que se le sume a este baremo supone un 7% más de consumo, que se traduce en más coste en la factura.
- Ajustar la temperatura del calentador como ya se hace con el termostato de la casa. El máximo al que se debe llegar, como recomiendan los expertos, son los 45 ºC. Por encima de esta cifra, se pasa de ahorrar en gas a abonar más por su uso, objetivo contrario al deseado.
- Aislar bien las puertas y las ventanas, paso previo a las recomendaciones anteriores. Es fundamental comprobar que no existe ninguna vía por la que pueda colarse el frío, si estamos en invierno, el calor en épocas veraniegas, siendo las puertas y las ventanas las primeras vías en revisarse.
También ayuda a ahorrar en el consumo de gas el aprovechar las horas de sol, no siendo necesario ni encender la luz ni la calefacción ya que se cuenta con iluminación y calor natural, despejar los radiadores, tanto interna como externamente (evitando poner prendas sobre él) o realizando un correcto mantenimiento de las instalaciones, lo que hará que ninguna avería nos sorprenda en el futuro.
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