¿Diferencias entre crédito y préstamo?

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04/09/2024

¿Diferencias entre crédito y préstamo?

Elige entre préstamo o crédito según tus necesidades, plazos, intereses y capacidad de endeudamiento. Compara opciones disponibles.
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Este pódcast está locutado con la ayuda de herramientas de Inteligencia Artificial.

A veces, por mucho que nos empeñemos en ahorrar o en llevar los gastos controlados, surgen otros de forma imprevista y necesitamos pedir ayuda externa. Para estos casos se nos abre un mundo de posibilidades… ¿Será mejor pedir un préstamo? ¿O es más aconsejable tirar de una línea de crédito?

Estas dudas son muy comunes. Hay muchas personas que suelen pensar que se trata de lo mismo, pero hay una gran diferencia entre ambos que gira en torno a la disponibilidad del dinero.

En un préstamo se accede a todo el dinero solicitado de una sola vez en el momento de la concesión de este. En cambio, a un crédito se accede habitualmente a través de una tarjeta de crédito con la que podremos ir disponiendo de dinero cuando queramos en función de las necesidades y los límites que tengamos asignados.

Por lo tanto, lo primero que hay que hacer antes de decantarnos por uno u otro es analizar bien la necesidad que tenemos, qué es lo que queremos cubrir con ese dinero y de qué plazo disponemos para usarlo.

Por ejemplo, si acabas de comprarte una casa y esta necesita obras, lo normal es que pidas un préstamo para acometerlas si no dispones del suficiente ahorro. En cambio, si la casa que te has comprado está lista para entrar a vivir y amueblarla está por encima de tus posibilidades, podrás solicitar una tarjeta de crédito e ir usándola poco a poco según vayas comprando los electrodomésticos o muebles.

Generalmente, los préstamos están destinados para suplir un pago cuyo importe conocemos con antelación, mientras que el crédito es mejor para gastos puntuales o que van surgiendo poco a poco. Además, la decisión no debe depender solo de si necesitas todo el dinero de golpe o no, hay también otros aspectos a tener en cuenta como los intereses. En el préstamo, estos se pagan por todo el capital que nos han prestado. En cambio, en un crédito solo se pagan por el dinero que hemos utilizado, no por el total que el banco ha puesto a nuestra disposición.

No obstante, hay que tener en cuenta que una tarjeta de crédito puede tener unos intereses mayores que los de un préstamo. Lo mejor es que antes de solicitar un préstamo, calcules sus condiciones a través de un simulador, como el de BBVA. En él podrás seleccionar el importe que necesitas y el plazo en el que te gustaría devolverlo y en solo tres minutos tendrás la información.

A la hora de devolverlo también hay una gran diferencia entre préstamo y crédito. En el préstamo, el dinero se devuelve a través de cuotas mensuales y para acceder a más dinero hay que solicitar un préstamo nuevo. En cuanto al crédito, a medida que lo vas devolviendo puedes volver a utilizarlo, siempre que no superes el límite establecido por la entidad.

En cuanto a las tarjetas de crédito, BBVA dispone de una gran variedad según las necesidades de la persona y el uso que pueda darles, incluso con otras ventajas extra. Como por ejemplo la tarjeta Aqua Máxima con devolución del 10 % de las principales suscripciones o la tarjeta Repsol Más Visa Crédito, que además de la línea de crédito, ofrece también descuentos asociados al consumo de combustible.

Hay multitud de opciones y es normal dudar a la hora de elegir cuál es la que mejor se adapte a ti. Pero al igual que con los créditos, BBVA pone a disposición de los clientes un comparador de tarjetas con el que podrás confrontar todas aquellas que te interesen y de un solo vistazo descubrir cuál es la que mejor se adapta a ti.

Por último, antes de solicitar un préstamo o crédito, has de tener en cuenta hasta dónde puedes endeudarte. Ya que si nos excedemos en la deuda más allá de lo que podemos permitirnos, podemos poner en juego nuestra salud financiera.

Siempre hay que tener presente nuestra capacidad de endeudamiento. Para conocer cuál es, tan solo debes calcular los ingresos mensuales y multiplicar el resultado por 0,35. Recuerda que no es recomendable destinar más de ese 35 % de los ingresos mensuales a cubrir obligaciones financieras.

Teniendo en cuenta todos estos consejos e indicaciones, la elección de un crédito o un préstamo será una tarea mucho más llevadera.