18/09/2023
Durante la semana pasada, el BCE decidió aumentar la tasa de depósito (junto con la tasa principal de refinanciación y el tipo de la facilidad de crédito) en 25 puntos básicos, hasta el 4,0%, en una decisión que fue en contra de una minoría de miembros del Consejo de Gobierno y del reciente deterioro de los datos económicos. Todo apunta a que estamos ante la subida final de tipos por parte del BCE. El cambio en el comunicado de la institución se suma a esta interpretación. Así, al decir que "considera que los tipos de interés oficiales han alcanzado niveles que, mantenidos durante un período suficientemente largo, contribuirán sustancialmente al retorno oportuno de la inflación al objetivo", el Consejo de Gobierno sugiere que el foco de la política se está desplazando desde el nivel máximo de los tipos hasta la duración de la restricción monetaria.
No obstante, la presidenta Lagarde destacó durante la rueda de prensa que tampoco se puede excluir un escenario de nuevas subidas de tipos. No parece probable que los precios del petróleo, por sí mismos, puedan provocar más aumentos de tasas, aunque si los mayores precios de la energía se combinaran con una mejora del crecimiento y un repunte salarial significativo, las preocupaciones sobre posibles efectos de segunda ronda y las expectativas de inflación podrían aumentar entre los miembros del BCE. Por lo tanto, no podemos asegurar todavía que estemos ante el final del ciclo de ajuste del Banco Central Europeo.
En Estados Unidos, los datos publicados durante la semana pasada continuaron siendo sólidos. De esta forma, tanto las ventas minoristas como la producción industrial del mes de agosto, mantuvieron una sorprendente resistencia. En el mundo de los precios, el IPC de agosto mostró una aceleración generalizada en tasa general y algo más modesta en la subyacente. En cuanto al IPC general, la lectura demuestra los riesgos inflacionistas que plantean los mayores precios del petróleo, que ayudó a elevar el crecimiento de la inflación hasta el 3,7% interanual, desde el 3,2% del mes anterior. Por otra parte, los detalles del IPC subyacente sugieren que el descenso de la inflación está avanzando a un ritmo más gradual y menos generalizado de lo que habían indicado los datos de junio y julio.
¿Cómo reaccionará la Reserva Federal? Una pausa en la reunión del miércoles parece casi segura, por lo que la atención del mercado se centrará en el famoso “gráfico de puntos”, que indicará si los miembros del FOMC siguen apostando por una nueva subida de tipos entre las reuniones de noviembre y diciembre. Dado que las presiones inflacionistas siguen siendo elevadas en relación con las normas prepandémicas y que la actividad y las condiciones del mercado laboral se mantienen favorables, es probable que se siga señalando una última subida de tipos de 25 puntos básicos, seguida de una prolongada pausa que se mantendría al menos durante la primera mitad del año 2024.
Por otro lado, los avances registrados por la economía china parecen avalar la posibilidad de que la actividad económica haya hecho suelo en el gigante asiático. En este sentido, la inflación interanual volvió a territorio positivo y las ventas minoristas y la producción industrial mejoraron las lecturas del mes pasado y las expectativas de los analistas. De manera similar, la financiación total y los nuevos préstamos bancarios fueron mejores de lo previsto. Las caídas en la inversión inmobiliaria y las ventas de propiedades también se moderaron ligeramente. Esta mejora en la actividad refleja las numerosas medidas de flexibilización del gobierno, incluidas la mayor emisión de bonos gubernamentales y las reducciones del coeficiente de reservas exigidas a la banca por el Banco Popular de China. En las últimas semanas, también se han anunciado medidas de estímulo dirigidas al sector inmobiliario, como los recortes de los tipos hipotecarios sobre préstamos para primera vivienda existentes, la flexibilización de las normas de pago hipotecarias o la reducción del pago inicial para los que acceden por primera vez al mercado de la vivienda. Si durante las próximas semanas se sigue apuntando en esta dirección de recuperación económica en China, serán muy buenas noticias para la economía europea y para el crecimiento económico global, aunque también podrían incrementarse las presiones sobre los precios energéticos y la inflación.