¿Qué hacer si en agosto llegan tormentas de verano?
Álvaro Manteca, responsable de estrategia de inversión de Banca Privada de BBVA .
Podcast Module
05/08/2024

¿Qué hacer si en agosto llegan tormentas de verano?

El análisis semanal de Álvaro Manteca, responsable de Estrategia de Banca Privada de BBVA
00:00
05:00

05/08/2024

Los inversores más experimentados son conscientes de que la inestabilidad en los mercados financieros está en su misma naturaleza y que los momentos convulsos aparecen cada cierto tiempo. De hecho, la característica principal de los mercados es su volatilidad. En una famosa anécdota atribuida al gran financiero JP Morgan, se cuenta que respondió con un simple “fluctuará”, cuando un transeúnte le preguntó qué iba a hacer el mercado en el futuro.

De hecho, desde la década de 1980, los mercados han sufrido siempre caídas de precios en algún momento del año, aunque en tres de cada cuatro años la bolsa termina subiendo en el cómputo anual. En efecto, todos los años suceden acontecimientos que acarrean pesimismo inversor y debilidad bursátil, pero la tendencia estructural es siempre alcista.

En el presente pódcast, vamos a intentar dar unas claves sencillas que pueden ayudarnos a sobrellevar estos momentos de incertidumbre y evitar, en la medida de lo posible, tomar decisiones que terminen penalizando nuestra salud financiera y poniendo en peligro nuestros objetivos de largo plazo. El primer consejo es simplemente este: los mercados siempre vuelven. Los índices bursátiles más amplios y diversificados tardarán más o menos, pero terminarán superando con toda probabilidad sus máximos históricos anteriores.

Esto nos lleva al segundo consejo: la inversión es una actividad que necesita un horizonte de inversión de largo plazo, cuanto mayor sea este, mejor. El tiempo siempre juega a nuestro favor. Relacionado con esto, hace unos años un inversor nos dio la receta del éxito y sorprende su simplicidad: yo siempre compro y nunca vendo. Mi patrimonio va aumentando en consecuencia. Esta sencilla fórmula nos alerta de la importancia de mantener una disciplina inversora a través de un proceso de aportaciones sistemáticas que permiten, en un mercado bajista, ir comprando a precios cada vez más bajos.

Es fundamental tener una amplia diversificación de nuestra inversión. Si limitamos al máximo los riesgos específicos relacionados con un mercado o activo financiero en particular, podremos mantener una relativa tranquilidad en épocas turbulentas, ya que evitaremos que nuestro patrimonio pueda sufrir un golpe desastroso, que sería posible si invirtiéramos por ejemplo en una sola compañía. No nos obsesionemos con los riesgos de corto plazo: cuando la situación económica abra los telediarios, es probable que lo peor haya quedado ya detrás de nosotros. Los mercados financieros se anticipan siempre y a menudo ya se están recuperando cuando la situación parece más oscura.

Busquemos activamente las oportunidades. Una caída del mercado es una oportunidad para comprar acciones a precios más baratos. Si mantenemos nuestras metas a largo plazo, invertir cuando el mercado está en un punto bajo puede darnos una ventaja. Del mismo modo, cuando el mercado entra en pánico se vende todo, tanto lo bueno como lo malo. Un inversor experimentado sabrá aprovechar los precios de un buen valor que haya sufrido un castigo inmerecido.

Intentar salir y entrar del mercado no suele funcionar. Nadie sabe en qué momento se van a producir los máximos y mínimos del mercado. Por otra parte, es importante recordar que en los momentos de mayor volatilidad también se producen las mayores subidas del mercado. Es posible que ya hayas visto la estadística que dice que, en los últimos 20 años, perderse las 10 mejores sesiones en la bolsa hubiera significado renunciar a la mitad de la rentabilidad acumulada por un inversor que hubiera permanecido todo el tiempo en el mercado.

Vamos ahora con uno de los consejos que más valor nos pueden aportar: evitar la toma de decisiones emocionales y limitar en la medida de lo posible que el miedo o la codicia guíen nuestros actos. Esto requiere un entrenamiento de muchos años y existen inversores que simplemente no pueden evitar verse inundados por estas emociones. Por supuesto, tiene sentido preocuparse por las pérdidas diarias y considerar salir del mercado, pero recuerda que los mercados bajistas vienen y van y que el mercado está mucho más tiempo subiendo que bajando. En muchos casos, para evitar que estos sesgos emocionales nos penalicen, podríamos preferir optar por la inversión discrecional, en la que las decisiones se toman de forma objetiva y profesional, sin dejar espacio a las emociones.

En definitiva, utilizando un símil náutico, todo el mundo puede navegar con vientos favorables, pero necesitaremos de toda nuestra experiencia y destreza cuando estos vientos se tornen adversos. Del mismo modo, no olvidemos nunca nuestros objetivos financieros, ya que también se dice que no hay buen viento para el que no tiene puerto.

Este pódcast está locutado con la ayuda de herramientas de Inteligencia Artificial.