Mayores avances en los activos de riesgo, que comienzan a mostrar signos de agotamiento
Roberto Hernanz, responsable de mercados BBVA Banca Privada.

11/03/2024

La narrativa del aterrizaje económico suave continuó dando soporte al optimismo de los inversores, que siguen esperando que la Reserva Federal consiga embridar definitivamente la inflación y, al mismo tiempo, mantener la economía en marcha. Durante su comparecencia semestral en el Capitolio, Powell no mostró preocupación por los crecientes precios de los activos, que posiblemente van en contra de su objetivo de mantener las condiciones financieras lo suficientemente estrictas como para purgar los excesos de la economía. Por el contrario, Powell dijo lo que el mercado quería escuchar: que la Reserva Federal “no está lejos” del nivel de confianza necesario para empezar a bajar los tipos. Aseguró además que los tipos “pueden bajar y bajarán en 2024”.

Aun con el retroceso de las bolsas mundiales en la sesión del pasado viernes, el índice MSCI global consiguió encadenar su novena semana alcista consecutiva, la decimoséptima en las últimas 19 semanas de negociación.

En Estados Unidos, la buena noticia fue una mayor amplitud del mercado. Aunque el S&P 500 no pudo terminar la semana con alzas, lastrado por las grandes empresas del índice, la versión equiponderada del mismo (en el que el peso porcentual en el mismo de Apple es igual al de la empresa de menor capitalización) consiguió por fin superar sus anteriores máximos históricos de enero de 2022 y cerrar su séptima semana consecutiva al alza. Con la excepción de Nvidia, que siguió su ciego camino alcista, el resto de los Siete Magníficos registró pérdidas semanales abultadas y especialmente intensas en los casos de Apple y Tesla, que se dejó más de un 13 % de su capitalización bursátil en la última semana.

Con todo, el S&P 500 cerró la semana con caídas del -0,25 %. El comportamiento sectorial benefició a las empresas sensibles a tipos, como las eléctricas y las inmobiliarias. Por el contrario, fue una semana claramente negativa para los sectores “growth” como el tecnológico, el de consumo discrecional y el de servicios de comunicación. El estilo de inversión “value” se recuperó por completo de la debilidad relativa del mes de febrero.

En Europa, las bolsas pudieron cerrar con subidas semanales en el entorno del punto porcentual, gracias a la mejoría de los indicadores PMI y al mensaje tranquilizador de Lagarde. El índice Eurostoxx 50 marcó nuevos máximos desde finales del año 2000 en la sesión del jueves y acumula una revalorización anual cercana al 10 %, claramente superior a la del selectivo estadounidense. El sesgo sectorial fue muy similar al registrado al otro lado del Atlántico, aunque en este caso solo las empresas de consumo discrecional sufrieron un marginal descenso semanal.

En Japón, las señales que avalan el mantenimiento de la inflación en niveles compatibles con el objetivo del Banco de Japón, provocaron una significativa revalorización del yen, que lastró a los mercados bursátiles. Así, el Nikkei 225 cerró con caídas semanales en el entorno del medio punto porcentual.

Respecto a la semana que comienza, plagada de importantes referencias y con los datos de inflación americana como máximo exponente, los mercados de renta variable cotizan en zona de máximos históricos y con una inercia extraordinaria, que pone en riesgo la continuidad del movimiento en el corto plazo. Seguimos pensando que lo más saludable sería un proceso de consolidación de los precios, que permitiera limpiar los recientes excesos del mercado, que ha acumulado una increíble racha de 17 semanas alcistas de las últimas 19 en el índice MSCI mundial (y con una caída del -0,04 % en una de las dos semanas negativas desde finales del pasado mes de octubre). Por supuesto, el viejo refrán bursátil extraído de un proverbio alemán, que dice que los árboles no crecen hasta el cielo, es de aplicación aquí. Existen límites naturales al crecimiento de los precios y, en algún punto, la actual tendencia tendrá que terminar. En este sentido, las grandes compañías tecnológicas, que han sido las claras protagonistas del repunte del 22 % de las bolsas mundiales desde finales del año pasado, están empezando a mostrar síntomas de cansancio. La parte positiva, sin embargo, es que está mejorando la amplitud del mercado y otras empresas se están encargando de llevar el peso del movimiento alcista.