Evita la comida basura
Álvaro Manteca, responsable de estrategia de inversión de Banca Privada de BBVA .
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12/08/2024

Evita la comida basura

El análisis semanal de Álvaro Manteca, responsable de Estrategia de Banca Privada de BBVA
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12/08/2024

Este consejo, que no dudaríamos ni medio segundo en dar a nuestros hijos al ser conscientes de los efectos perjudiciales sobre la salud que acarrea a largo plazo el consumo de alimentos ultra procesados, puede ser perfectamente aplicable en el mundo de la inversión.

En la actualidad, estamos sometidos a un torrente de información que nos llega desde infinidad de medios y que, en su mayor parte, no es otra cosa que comida basura de inversión. Consumir este tipo de comida nos lleva a tomar decisiones sobre nuestro patrimonio que nos hacen sentir bien a corto plazo, pero a costa de penalizar nuestra salud financiera en el largo. 

Los relatos guían el comportamiento de los mercados y todos los días recibimos cientos de ellos: desde los motivos por los que han subido o bajado las bolsas, pasando por los últimos acontecimientos macroeconómicos, los problemas geopolíticos o mil razones convincentes que nos empujan a apostar por un sector o una empresa determinados.

Todas estas comunicaciones tienen un parecido sorprendente con la comida basura: las consumimos porque ofrecen una solución rápida y nos permiten estar siempre a la última. Si los acontecimientos evolucionan a toda velocidad, ¿por qué no tiene que hacer lo mismo mi cartera?

Además, están por todas partes. Es como estar en un supermercado con filas y filas de pasteles, dulces y helados, con las frutas y verduras escondidas en un rincón. Tomar decisiones inteligentes en un entorno así es increíblemente difícil.


Si analizamos los incentivos que impulsan a los creadores de este tipo de informaciones, nos damos cuenta de que la comida basura de inversión se crea por una de estas dos razones: o aumentar el volumen de compras y ventas de activos financieros o atraer la atención del inversor con artículos periodísticos que generen mucho tráfico. La motivación principal no suele ser mejorar nuestra salud financiera a largo plazo, sino sacar provecho de nuestros sesgos mentales.

Aunque comer muy ocasionalmente bollería industrial no debería suponer un grave problema para nuestra salud en el largo plazo, la suma de errores de inversión, aparentemente pequeños en un primer momento, pueden convertirse en costes enormes a largo plazo. Así, este torrente de comunicación inútil es importante y está lejos de ser inocuo. Siempre hay una nueva historia que contar y vender.

Para intentar neutralizar este flujo de comida basura, es necesario enfocarse en lo que sabemos que funciona a largo plazo: tener una distribución de activos estable, alineada con nuestros objetivos y no cambiar constantemente las posiciones de nuestra cartera. Es decir, tenemos que priorizar el consumo de frutas y verduras, que obviamente no son tan apetecibles como una buena hamburguesa, pero nos garantizan una mejor salud futura.

En definitiva, como hacemos muchas veces con los pasteles expuestos en un escaparate, podemos mirarlos, pero simplemente abstenernos de comerlos salvo en ocasiones extraordinarias.

Este pódcast está locutado con la ayuda de herramientas de Inteligencia Artificial.