La Fed dio un buen susto al mercado
23/12/2024
Los mercados no están entrando suavemente en la temporada navideña. El pasado miércoles, el índice S&P 500 registró su segundo peor día de 2024, los tipos de interés subieron drásticamente y el índice de volatilidad VIX se disparó por encima de 25 puntos. La razón de esto, por supuesto, fue la Reserva Federal, que sorprendió a los mercados con un giro agresivo en su comunicado, en sus proyecciones y en la comunicación de su presidente, Jerome Powell.
Si combinamos la reunión de la Fed con señales más moderadas de lo esperado por parte del Banco de Inglaterra y el Banco de Japón, no es extraño que el dólar estadounidense se fortaleciera como lo hizo, rompiendo el rango en el que había estado operando durante los últimos dos años.
¿Y qué dijo la Fed que fuera tan sorprendente? Pues si lo analizamos bien, nada que no sea consistente con su política de dependencia de los datos. A primera vista, la decisión de la Reserva Federal siguió al pie de la letra el guion que esperaba el mercado y recortó los tipos en 25 puntos básicos. Sin embargo, Powell matizó que “estamos en o cerca de un punto en el que será apropiado desacelerar el ritmo de ajustes futuros". Además, el presidente señaló que el Comité necesita más evidencias de desinflación para considerar futuros recortes. Asimismo, las proyecciones mostraron una inflación significativamente más alta en 2025 y una expectativa de solo dos recortes de tipos adicionales en el conjunto del próximo año.
Aunque la reacción del mercado fue furibunda, nosotros no consideramos que la reunión de la Reserva Federal marque en cambio de tendencia en la política monetaria de la institución. En efecto, la Fed ha dicho por activa y por pasiva que sus movimientos de política monetaria están condicionados por las evidencias macroeconómicas que se vayan publicando. En consecuencia, una actividad económica que sigue siendo muy sólida, como se encargó de enfatizar repetidamente Powell, un mercado laboral estabilizado y una inflación más firme no justifican un proceso rápido de flexibilización monetaria, sino uno más lento.
En este sentido, cabe interpretar el nerviosismo del mercado en la sesión del miércoles como una sobrerreacción en sentido opuesto a la que vimos en el mes de septiembre, cuando los inversores se mostraron eufóricos en respuesta a una comunicación más moderada de la Fed.
En el frente macroeconómico, los indicadores publicados reafirmaron el rendimiento superior de la economía estadounidense frente al resto de geografías. Las ventas minoristas en noviembre mostraron un sólido incremento mensual y la tercera estimación del PIB del tercer trimestre se revisó al alza hasta el 3,1 % trimestral anualizado, desde el 2,8 % anterior. Además, el saludable crecimiento del gasto personal real en el mes de noviembre anticipa un buen dato de crecimiento del PIB del cuarto trimestre, que la Fed de Atlanta proyecta actualmente en otro 3,1 % trimestral anualizado. Además, el índice PMI compuesto se aceleró hasta los 56,6 puntos, lo que indica el mantenimiento de una fuerte actividad económica.
Por el contrario, la actividad en la eurozona sigue mostrando signos de debilidad al cierre del año. Los indicadores adelantados PMI de diciembre, aunque salieron algo por encima de lo esperado, se mantuvieron en zona de contracción, mientras que otras encuestas nacionales retrocedieron de forma adicional. La debilidad económica en Europa ha favorecido un mayor progreso en la desinflación, lo que justifica un proceso más rápido de recortes de tipos por parte del BCE.De manera similar, los datos de actividad económica en China también se mantienen débiles. Aunque hubo un ligero repunte en octubre, los datos de noviembre indican moderación en el crecimiento de las ventas minoristas y una inversión más suave, con un crecimiento marginal en la producción industrial como único punto positivo.
En suma, no consideramos que la reunión de la Fed ponga en peligro el escenario de cara al año 2025, ya que la institución se limitó a seguir su enfoque dependiente de los datos. Es poco realista esperar una senda de recorte de tipos sistemática en conjunción con unos datos de actividad e inflación que mantienen una elevada resistencia. Sin embargo, el mensaje de la Reserva Federal sí lanza un aviso a navegantes respecto del escenario de riesgos que plantea la presidencia de Trump en 2025.
Las políticas proteccionistas y, en general, la imprevisibilidad del republicano generan un caldo de cultivo propicio para la volatilidad, en el que la reciente complacencia inversora parece completamente fuera de lugar. En este sentido, varios miembros de la Reserva Federal reconocieron la semana pasada que estaban empezando a incorporar las expectativas de mayores aranceles en sus proyecciones de inflación.
Además de los aranceles, la Fed también podría enfrentarse a una política fiscal más expansiva. Esta semana, Trump abogó por un acuerdo parlamentario para suspender el techo de deuda hasta enero de 2027, lo que refleja la actitud del nuevo presidente hacia la disciplina fiscal.