Una lista o fichero de morosos es un registro en el que se incluyen a todas aquellas personas físicas o jurídicas que hayan incurrido en algún tipo de impago. Bajo esta definición, sin embargo, se esconde un amplio abanico de formas de acabar en uno de estos ficheros, que perjudican enormemente a quien figura en ellos ya que restringe de manera notable su acceso a cualquier tipo de financiación.
Estos ficheros se utilizan en España como una herramienta de información para multitud de empresas, entre ellas las entidades financieras, que necesitan conocer el historial o situación de pagos de sus clientes.
Existen varias listas de morosos activas en la actualidad. Una de las más importantes es la que gestiona la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito, ASNEF; otro de los ficheros más consultados por las empresas es el que lleva el Registro de Aceptaciones Impagadas, conocido por su acrónimo, RAI. Por último, otro de los registros más conocidos es el BADEXCUG, que controla la empresa EXPERIAN.
¿Cómo se cae en un fichero de morosos?
Cuando uno piensa en un fichero de morosos cree que ahí solo se reflejan los nombres de los grandes deudores, personas que no han tenido cuidado con sus finanzas y ahora deben ingentes cantidades de dinero a numerosos acreedores. En realidad no es así y para acabar en uno de estos ficheros no se necesita ni tener una deuda elevada ni contar con numerosos acreedores.
En España las listas de morosos están reguladas por la Ley Orgánica 15/1999 de Protección de Datos de Carácter Personal. Al final, nuestra información patrimonial y financiera es un bien más que debemos cuidar. Así, para entrar en un fichero de morosos la primera condición es tener una deuda que lleve vencida, por lo menos, cuatro meses. La cantidad de la deuda no es relevante. Una persona puede ser inscrita en uno de estos ficheros tanto con una deuda de 20 ó 30 € o con una de 10.000.
Además, antes de que el acreedor nos registre en una lista de morosos deberá habernos requerido el pago de la deuda mediante correo certificado. Ya en última instancia, será el responsable del fichero de morosos el encargado de avisarnos de que hemos sido incluido en la lista en un periodo que no deberá superar los 30 días.
Se abre entonces una ventana temporal en la que podemos saldar nuestra deuda y ser eliminados rápidamente de la lista antes de que nuestra inclusión tenga efectos negativos para nuestro perfil como cliente.
¿Qué consecuencias tiene estar en un fichero de morosos?
¿Cómo se sale de una lista de morosos?
Para salir de una lista de morosos hay que pagar la deuda que nos exigen y por la cual nos han registrado en uno de estos ficheros. Una vez afrontado el pago, la gestora de la lista deberá borrarnos de sus datos en un plazo máximo de un mes, eso sí, antes consultará con la empresa que nos registró en primer lugar para comprobar que, efectivamente, nos hemos hecho cargo de las facturas pendientes.
Por otro lado, la ley limita a seis años el tiempo máximo que podemos permanecer en una de estas listas de morosos, tiempo tras el cual nuestros datos deberán borrarse de la lista en la que estemos incluidos.
Estar registrado como moroso puede ser un verdadero quebradero de cabeza para cualquier persona que quiera tener una actividad financiera normal. No estarlo, por el contrario, puede facilitarte el acceso, por ejemplo, a la financiación que puedas necesitar (a través de la amplia gama de préstamos de BBVA). ¿Quieres más información? Accede a ella en bbva.es o la app de BBVA.
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