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Mantenimiento del coche eléctrico
Algunos factores son similares al realizar el mantenimiento de un coche eléctrico y uno de combustible. Elementos como los neumáticos o los amortiguadores, por ejemplo, no difieren entre los modelos más o menos cuidadosos con el medio ambiente. Sin embargo, sí hay algunos aspectos que o bien no existen en los modelos más tradicionales o se cuidan de forma diferente. Un buen mantenimiento de un coche eléctrico debe tener en cuenta:
- Aislamientos eléctricos: son, quizás, los más importante, ya que se encargan de proteger las piezas en tensión, o con energía, que no deben estar en contacto con las personas, como el motor o las baterías. Para su revisión es necesario contar con una maquinaria específica (herramientas de diagnosis, por ejemplo) y equipos de protección individual. No es un trabajo muy complicado y de un coste muy alto, el cual varía en función de la marca y las características del coche.
- Frenos: incluye el líquido de estos, el de las pastillas y el de los discos. En el caso de los coches eléctricos, todos ellos se desgastan menos gracias a la frenada regenerativa.
- Líquido refrigerante: actúa tanto sobre el motor como sobre la batería y su cambio se tiene que realizar casi en los mismos tiempos que el de un coche de gasolina o diésel.
- Batería: tienen una función completamente diferente a las de los coches de combustible más tradicionales. Las incorporadas en los coches eléctricos cuentan con una vida útil larga y con unas garantías que pueden durar varios años. Esto no quita que haya que revisarlas cada cierto tiempo para mantenerlas en un estado óptimo, ya que son muy caras de cambiar.
Con todo, cada fabricante tiene un manual de usuario donde se específica el mantenimiento concreto de cada coche eléctrico. Por ello, es importante que sigas los pasos que están programados para que el vehículo no sufra de ninguna avería.