Diferencias entre una comercializadora y una distribuidora (de luz y/o gas)

Una distribuidora de luz y/o gas es la empresa que se encarga de llevar, a través de su infraestructura (cables, postes, etc.), la electricidad a viviendas particulares o inmuebles en entorno empresarial y la que se asegura, en todo momento, que el suministro que se proporciona es el adecuado. Y no solo eso: también es la que instala el contador (en el caso de que sea de alquiler) y la que lo revisa periódicamente.

¿Cómo saber cuál es mi distribuidora de luz?

Si una persona quiere conocer la distribuidora de luz que le corresponde, por la zona en la que se vive, tiene cuatro opciones:

• Consultar un mapa en el que se indique la/s distribuidora/s de luz que opere/n en su comunidad.
• Revisar el CUPS en la factura y compararlo con el de las distribuidoras, que son:

• Contactar con la comercializadora.
• Consultar la factura electrónica (en la que suele aparecer el mapa en el que se reflejan las distribuidoras, por zonas).

Una comercializadora de luz y/o gas es la empresa que gestiona el contrato de ambos suministros y, además, la que procede al cobro de los recibos correspondientes (sobre lo consumido en un periodo de tiempo en concreto). 

Son dos los tipos de comercializadoras que existen: 

• De referencia: son las que aplican la tarifa regulada (al tener la autorización del Ministerio de Industria, Energía y Turismo), la cual depende de la oferta y la demanda. No ofrecen, al no poder, descuentos ni servicios adicionales (son meras intermediarias entre la distribuidora y el cliente).
• De libre mercado: son las que pueden fijar su propia tarifa, acompañada, si así lo desean, de descuentos y otros servicios adicionales. Conviene revisar, en este caso, la posibilidad de que exista una cláusula de permanencia (que se debe, casi siempre, a las ofertas proporcionadas).

Presentadas ambas, es el momento de analizar las diferencias entre una distribuidora y una comercializadora:

En primer lugar, y es la más evidente, su cometido. Como se indica en el apartado anterior, una comercializadora es la que establece las tarifas (en el mercado libre, no así en el regulado, basado en la oferta y la demanda y en el que se aplica el PVPC (o Precio Voluntario al Pequeño Consumidor) o la TUR (Tarifa de Último Recurso) en el caso de la luz), las ofrece a los “posibles clientes”, elabora y tramita los contratos y, una vez se firman, se encarga del cobro de los recibos. Por su parte, la distribuidora, sin capacidad para lo anterior, es la que proporciona el suministro de luz y/o gas (y cuida de que este sea bueno).

La segunda diferencia entre una distribuidora y una comercializadora es su elección, no siendo posible en la distribuidora (la establece el Gobierno en base al lugar en el que se resida) y sí en la comercializadora (incluso, si no se está a gusto en una, se puede cambiar a otra si no hay permanencia). Además, y he aquí otra diferencia, con esta última se firma el contrato de suministro, nunca con la distribuidora (lo que la convierte en el nexo, en todo caso, de esta con el cliente).

Otra diferencia, la cuarta, entre una distribuidora y una comercializadora es el margen de maniobra. La primera, a pesar de ser la que lleva la luz y/o el gas a los hogares, no tiene la capacidad de elegir el precio de los suministros que proporciona. Lo hace, en su lugar, la comercializadora (y solo las de mercado libre, ya que las reguladas se ajustan a lo indicado por el mercado en el que operan.

A las diferencias que ya se han indicado se unen las siguientes, las cuales pueden ser muy útiles en la interlocución con la distribuidora y/o comercializadora:

• Es la distribuidora la que arregla las averías, no la comercializadora.
• Es la distribuidora la que, habitualmente, responde a un error en la factura (ya que suele deberse a una lectura equivocada del contador). Sin embargo, en algunos casos, es la comercializadora la que se hace cargo (por tratarse de un “mal volcado” de los datos). También puede ocurrir que la lectura sea estimada, y no real, siendo la distribuidora la responsable de subsanar el problema.
• Es la comercializadora la que, si se desea, procede a la modificación de aspectos que se vinculan al suministro (como la potencia, por ejemplo) o al contrato (la tarifa o, también, el titular, la cuenta bancaria en la que se domicilian los recibos, etc.).
• Es la comercializadora la encargada, si se producen, de solventar los errores en la aplicación de la tarifa (siempre, eso sí, que no se relacionen con el alquiler del contador, los derechos de extensión o enganche, etc.).