Reducir la energía que se consume en las casas es uno de los objetivos que se plantean las familias, primero, para rebajar el importe de la factura de la luz y, segundo, para ayudar al medio ambiente (ya que disminuirían las emisiones de los gases de efecto invernadero, o GEI, que derivan de este uso).
Para conseguirlo, el primer paso a dar es la rehabilitación energética de la vivienda, de la que vamos a hablar en detalle en este artículo, explicando en qué consiste, cómo se realiza (paso a paso), cuáles son sus principales beneficios y, sobre todo, qué ayudas están disponibles en 2024 para rebajar el importe de las obras que deriven de la rehabilitación de la vivienda. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es la rehabilitación energética de una vivienda?
Poner en marcha la rehabilitación energética de una vivienda va a requerir, en primer lugar, una auditoría energética del edificio. Esta es la que indica la situación y el uso que se da a la energía (o lo que es lo mismo, muestra lo que se consume, el impacto que tiene en el medio ambiente, etc.). De esta auditoría se extrae, por un lado, la calificación energética de la vivienda (que va de la A, la más alta, a la G, la más baja) y, por otro, las medidas que se han de tomar (de ser necesarias) para hacer que el inmueble sea más eficiente.
En segundo lugar, y una vez se obtienen los resultados de este análisis, hay que centrarse en rehabilitar lo que, en ese momento, hace que la vivienda no sea “eficaz” (energéticamente hablando). Lo más habitual es que se trabaje en mejorar:
- Aislamiento: se trata de mejorar la “protección térmica” de la vivienda, principalmente en la fachada y el tejado (aunque no hay que olvidarse de otros puntos de la casa que comuniquen el interior con el exterior, como puertas y/o ventanas).
- Estanqueidad: el objetivo, en este punto de la rehabilitación de la vivienda, es evitar las fugas de aire (y, por tanto, de energía) por las rejillas o los huecos de las ventanas, las grietas de la pared o el suelo, etc. Para esto, se procederá a su sellado o, en el caso de la ventanas, a instalar un modelo con doble o triple acristalamiento.
- Ventilación: no disponer de un sistema adecuado es sinónimo de “mayor consumo energético”. De ahí que, si no se dispone de él, es recomendable que se instale un modelo por conductos y rejillas o por ventilación mecánica y aparatos, lo que va a suponer una reducción de (se estima) un 90% de la demanda de calor.
- Iluminación: es importante que, en la rehabilitación de la vivienda, se incluya la modificación del sistema de alumbrado (optando por uno inteligente, o lo que es lo mismo, por la instalación de detectores de presencia que enciendan las luces si se está en una habitación y se apaguen al irse). Además, y es más un cambio de hábitos, hay que tratar de aprovechar la luz natural al máximo.
Además, y para completar la rehabilitación de la vivienda, se recomienda la instalación de sistemas que favorezcan el uso de energías renovables (solar, biomasa, etc.) como, por ejemplo, los paneles solares o la aerotermia.
¿Cuáles son los beneficios de la rehabilitación energética de una vivienda?
La rehabilitación energética va a aportar una serie de mejoras a la vivienda, entre las que destacan:
- Reducción de la demanda y el consumo de energía (tanto en el inmueble como en el edificio, si las medidas que se toman son comunitarias).
- Abaratamiento de la factura de la luz.
- Rebaja en las emisiones de CO2.
- Producción de energía de fuentes renovables (solar, biomasa, etc.), lo que puede llevar, incluso, al autoabastecimiento.
- Mayor comodidad (tanto a nivel térmico como acústico).
Además, las medidas que se tomen para la rehabilitación energética del edificio van a aumentar su valor en el mercado.
A estos beneficios hay que sumar las ayudas fiscales que explicamos a continuación:
¿Qué ayudas están disponibles, en 2024, para la rehabilitación energética de una vivienda?
Para abaratar la ejecución de las acciones que se necesitan en la rehabilitación energética de una vivienda, desde el Gobierno se ha aprobado la ampliación de las ayudas, en forma de deducciones, que ya estaban vigentes en 2023 (y que se extienden hasta finales de 2024).
Estas ayudas para la rehabilitación energética de la vivienda son:
Deducciones por obras de mejora en la eficiencia energética de una vivienda (habitual o no) que hayan reducido la demanda de calefacción y refrigeración.
Para que se aplique la deducción del 20% en el importe de la obra, sobre un máximo de 5.000 €, es necesario que:
- La reducción de la demanda de calefacción y refrigeración sea, al menos, del 7% (se debe acreditar con un Certificado de Eficiencia Energética expedido por un técnico al finalizar las obras).
- Las obras de rehabilitación energética de la vivienda, sobre las que se aplica la deducción, se realicen entre el 6 de octubre de 2021 y el 31 de diciembre de 2024.
- La “ayuda” se aplique a un hogar (y no a otros emplazamientos, por ejemplo, garajes, trasteros, etc.).
Deducciones por obras de mejora en la eficiencia energética de una vivienda (habitual o arrendada como vivienda) que reduzcan el consumo de energía primaria no renovable.
Para que se aplique la deducción del 40% en el importe de la obra, sobre un máximo de 7.500 €, es necesario que:
- La reducción de la energía (no renovable) sea, como mínimo, de un 30% (como en el caso anterior, se tiene que confirmar con la entrega de un Certificado de Eficiencia Energética que expida un técnico al finalizar las obras).
- Las obras de rehabilitación energética de la vivienda, sobre las que se aplica la deducción, se realicen entre el 6 de octubre de 2021 y el 31 de diciembre de 2024.
- Las obras conlleven la mejora del aislamiento térmico de paredes y falsos techos o, también, la instalación de sistemas de aerotermia o placas solares. También se puede aplicar si las obras para la mejora de eficiencia energética de la casa logran que su calificación pase a ser A o B.
Deducción por obras de mejora en la eficiencia energética que se realicen en edificios completos de uso residencial.
Se pueden dar 2 casos en los que aplicar esta deducción:
- Si se ha expedido el certificado en el periodo impositivo: la deducción del 60% se aplica a las cantidades abonadas entre el 6 de octubre de 2021 y el 31 de diciembre de dicho periodo impositivo (con un máximo de 5.000 €).
- Si se ha expedido el certificado antes de finalizar el periodo impositivo: la deducción se aplica en cada año (2021, 2022 y 2023) en relación con las cantidades satisfechas en cada uno de ellos (con un máximo de 5.000 €).
Es necesario, en ambos casos, que:
- La reducción en el consumo de energía primaria no renovable sea de un 50% o si la calificación energética del edificio asciende a clase A o B (en este caso, también, hay que “justificarlo” con la entrega de un Certificado de Eficiencia Energética que expida un técnico al finalizar las obras).
- Las obras de rehabilitación energética de la vivienda, sobre las que se aplica la deducción, se realicen entre el 6 de octubre de 2021 y el 31 de diciembre de 2024.
De igual modo, las cantidades que no hayan podido deducirse, por exceder ese límite de 5.000 €, se podrán incluir, con el mismo límite, en los 4 ejercicios siguientes (siempre que la base acumulada de la deducción no exceda los 15.000 €).