Hoy en día, existen distintos tipos de préstamos y la documentación requerida para solicitarlos puede variar en cada caso.
Por un lado están los préstamos personales más ‘tradicionales’, cuyo proceso de solicitud es largo y requiere de una gran cantidad de documentación, para una concesión final más que difícil. Son los que se pueden encontrar, por ejemplo, al buscar financiación para comprar un coche nuevo.
Por otro, se encuentran los préstamos rápidos, los cuales son ya una realidad. Estos permiten solicitar una cantidad de dinero en un plazo flexible, escogiendo la cuota que mejor se ajuste a lo que se busca. Con él, la compra de una cocina nueva, el cambio de un coche ya viejo o ese viaje de novios eternamente pospuesto se pueden hacer realidad.
Paso a paso: consigue tu préstamo rápido sin papeleos
La tramitación de un préstamo rápido suele ser más sencilla y ágil y la documentación exigida es menor que la que te piden en un préstamo personal tradicional. Si bien es cierto, los intereses que tendrás que pagar en algunos casos serán superiores a los préstamos de toda la vida y el plazo para la devolución del dinero será inferior.
Para solicitar tu préstamo rápido sin papeleos se debe:
- Entrar en el simulador e indicar el importe, el plazo y la cuota que se ajuste a tus necesidades.
- Rellenar un formulario con nuestros datos personales.
- Esperar a que la entidad preautorice la solicitud.
- Si la solicitud es aceptada, el dinero será ingresado en nuestra cuenta en un plazo de 72h laborables.
La tramitación total del préstamo suele tardar una media de 7 días laborables, lo que le hace mucho más rápido y ágil que los préstamos más tradicionales, a pesar de no parecerlo a simple vista.
Cada entidad bancaria tiene sus propios criterios a la hora de conceder un préstamo. Dependerá, en parte, de la política de riesgo del banco, de la cantidad de dinero que se preste y del destino del dinero.
A pesar de ello, existen requisitos comunes que todos los bancos piden a los solicitantes de un préstamo, sea este del tipo que sea:
- Ser mayor de edad: los bancos necesitan asegurarse de que el dinero prestado les será devuelto y eso solo es posible si el solicitante tiene un historial crediticio estable e ingresos regulares. Dos condiciones difíciles de reunir si se es menor de edad.
- Tener solvencia e ingresos estables: el prestatario debe demostrar que puede devolver el dinero prestado. Para ello, debe aportar unos ingresos estables y superiores a las obligaciones adquiridas con el banco. Por ejemplo, si se acuerda que cada mes tendrá que devolver 400 € del préstamo, serán necesarios unos ingresos que le permitan prescindir de esa cantidad mensual.
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