Los cacos de antaño han dado paso a los denominados ciberdelincuentes, que intentan aprovechar cualquier resquicio en la red para apropiarse de lo que no les pertenece. La seguridad existente hoy en día, por fortuna, hace que sea difícil sufrir un caso de fraude gracias a los sistemas de encriptación y protección de datos, aunque en ocasiones un simple despiste por nuestra parte puede costarnos caro.
Más de la mitad de los casos se producen al realizar compras a distancia a través de internet, mientras que el porcentaje es menor en operaciones físicas con nuestra tarjeta. Asimismo, solo una pequeña parte de estas incidencias ocurren en un cajero. Y es que la mayoría de estas acciones fraudulentas no se producen por la pérdida o robo de la tarjeta, sino que son llevadas a cabo por bandas criminales organizadas que copian y duplican tarjetas.
Qué hacer si somos víctimas de un fraude con tarjeta de crédito
Si tienes la mala fortuna de ser víctima de un fraude y alguien roba o duplica tu tarjeta, deberás seguir tres pasos fundamentales:
- Anular la tarjeta: debes hacerlo de forma inmediata, una vez descubras la incidencia (puede ser por pérdida, robo o porque detectes una transacción sospechosa que no has realizado).
- Denunciar ante las autoridades: si han robado tu tarjeta o ha sido utilizada por una tercera persona, debes denunciarlo ante la policía o la autoridad pertinente inmediatamente tras cancelarla. No solo servirá para esclarecer el caso, sino que la denuncia será fundamental para cualquier tipo de reclamación o recuperación de cantidades.
- Reclamar la devolución: precisamente, reclamar es el tercer paso que debemos seguir ante un caso de fraude de tarjeta de crédito. Una vez que has anulado la tarjeta e interpuesto la correspondiente denuncia, puedes solicitar la devolución del dinero sustraído. Existen diferentes supuestos que analizamos a continuación.
Lo que dice la ley
Es mejor que no sea necesario, pero la ley nos protege si hemos sido víctimas de un uso fraudulento de nuestra tarjeta. De acuerdo a la Ley de Servicios de Pago, la entidad bancaria devolverá la cantidad íntegra perteneciente a las operaciones no autorizadas.
Por ello, hay que ser más que cuidadosos, puesto que la entidad no se hará responsable si el fraude es consecuencia de una actuación fraudulenta o del incumplimiento deliberado o por negligencia grave de una o varias de las obligaciones del titular de la tarjeta.
Si lo que ha ocurrido ha sido un robo físico o se ha perdido la tarjeta, el usuario será el responsable de toda transacción que se realice hasta que lo haya comunicado al banco. Las cosas cambian si se ha producido una negligencia grave, como, por ejemplo, llevar apuntado nuestro número PIN en algún sitio, facilitando así que una tercera persona saque dinero de un cajero tras habernos robado. Por ello, hay que ser más que cuidadosos, puesto que la entidad no se hará responsable si el fraude es consecuencia de una actuación fraudulenta o del incumplimiento deliberado o por negligencia grave de una o varias de las obligaciones del titular de la tarjeta.
También existe la posibilidad de que los ladrones usen nuestra tarjeta para comprar en establecimientos físicos. En este sentido, hay que tener en cuenta que no existe ninguna ley que obligue a los propios establecimientos a solicitar el DNI al realizar pagos, ni siquiera si la tarjeta es contactless, aunque bien es cierto que algunos lo hacen como medida incluida en su política de seguridad.
Cómo evitar ser víctimas de un fraude de tarjeta de crédito
Sin duda, la mejor manera de no ser víctima de un fraude de tarjeta de crédito es prevenir. Siguiendo una serie de consejos y hábitos, sumados a los sistemas de seguridad existentes, será muy complicado que te den una sorpresa. Estos son los más importantes:
- Es fundamental contar con una conexión segura. Protege tu router con métodos de cifrado y potencia tu contraseña.
- Utiliza solo páginas seguras para realizar compras o introducir tus datos bancarios. Dependiendo del navegador que utilices, podrás comprobar si una web es segura comprobando en la barra de búsqueda si aparece el icono de un candado, si ves allí la letra ‘S’ en la dirección web (https) o, directamente, si aparece la leyenda “Es seguro” en la parte superior. Además, revisa también que aparezca el sello de confianza online.
- Protege siempre tu dispositivo móvil, así como su conexión a Internet. Contar con una contraseña segura, así como con sistemas de localización en caso de pérdida o robo son cosas que resultan de vital importancia.
- Asegura tu tarjeta para que esté protegida en caso de robo o pérdida.
- Vivimos en una sociedad global que se comunica en internet utilizando las redes sociales. Valora cuidadosamente la información que compartes, pues es en muchas ocasiones una gran ayuda para los ciberdelincuentes.
- Nunca compartas tus datos bancarios con nadie, ni siquiera con amigos o familiares, y mucho menos por internet. Tu cuenta es tuya, pero, además, alguien ajeno puede descubrir esa información al compartirla con alguien en quien confías.
- Nunca apuntes tus datos bancarios, personales o contraseñas en ningún sitio.
- Tapa siempre el número de seguridad en el cajero con la mano, incluso si no hay nadie a tu alrededor.
- No descuides tus pertenencias, sobre todo en espacios con gran cantidad de personas.