El sector agrícola está en plena transformación desde hace dos décadas. Un cambio que ha impulsado el avance tecnológico y la entrada a la industria de nuevos perfiles profesionales. Estamos, por tanto, ante un sector ya digitalizado que, además, ha dado la bienvenida en los últimos años a los conocidos como agromillenials o jóvenes muy preparados que, como nativos digitales, están introduciendo la tecnología y la innovación, para convertirlas en las bases sobre las que asentar el futuro del sector.
No obstante, este se ha tenido que enfrentar, en los últimos años, a grandes retos como la sequía o la inflación, que durante 2022 supusieron una pérdida de entre el 20% y el 40% de los cultivos en España, lo que generó un descenso del 15% en la rentabilidad, poniendo en peligro un sector que representa el 4% de la población ocupada y alrededor del 12% del PIB español.
¿Cómo afrontar los retos del sector agrícola?
Paula Ruiz, responsable de I+D+I de Trops, empresa que agrupa a más de 3.500 agricultores de aguacate y mango de Málaga, señala que el agua y su uso es uno de los grandes retos del sector: “el agua, al final, es el recurso al que le damos más importancia en Trops y ponemos todos nuestros esfuerzos en esa línea y en que esté al alcance de todos”. Y es que, no siempre lo está. Hace falta, de hecho, inversión en el sector, según Paula Ruíz, que asegura que en España el sector agrícola no tiene la infraestructura necesaria para que los recursos hídricos estén a disposición del consumidor ni se tienen los medios necesarios para distribuirlos.
Roberto Ruíz Martín, Responsable de Negocio Agrario en BBVA añade, a esto, que la mejora del uso de agua es muy complicada y tiene dos vertientes: “una que es tecnológica, en la que se intenta aprovechar hasta la última gota de agua, lo que lleva a planificar los riegos al minuto prácticamente, y otra en la que se ve que estas innovaciones exigen inversiones muy fuertes, haciendo que el agricultor tenga un capital invertido en su extracción enorme”.
BBVA y su compromiso con el sector agrícola
En este sentido, Roberto Ruíz Martín señala que, desde BBVA, se está colaborando con start-ups que desarrollan iniciativas para que los agricultores aprovechen mejor sus explotaciones: “una de ellas es BioAgro, una app centrada en el mundo de la gestión del riego. Y es que, tan importante es la infraestructura como el control del riego y, para tenerlo, se exigen muchos datos”. Y sobre esta gestión de los datos, Paula Ruíz nos pone un ejemplo: “todo extracción de datos ayuda, incluso la toma de medidas de los cultivos a tiempo real para poder afinar el riego. Si tu tienes una serie de sensores que te están dando información del cultivo en tiempo real, vas a poder medir hasta el último litro de agua que necesitas”.
Como nos explican los expertos, la modernización y digitalización del sector ya se está llevando a cabo, pero aún queda mucho camino por delante. Por ejemplo, en España aún quedan más de un millón de hectáreas por modernizar y, en este sentido, Roberto Martín señala que todos los actores de la industria tienen que intervenir en este proceso: por una parte profesionales como Paula, desde el punto de vista tecnológico y, por otro, los agricultores e, incluso, el propio BBVA, porque “esto es muy caro y exige dar facilidades al agricultor para que pueda llevar a cabo estas inversiones y no ´estrangular´ su negocio”.
¿Es necesaria una transformación cultural y tecnológica?
Para Luis Navarro, experto en modernización de cultivos, el agricultor es un profesional versátil y capaz de aprender de todo, que se tiene que adaptar a los nuevos tiempos: “tenemos una batalla cultural entre los jóvenes y los mayores. Para ayudar a que se asimilen las nuevas tecnologías se tiene a los expertos como Paula, aunque el joven va a asimilar los conocimientos más rápido y el mayor o los entiende o, sino, se tendrá que bajar del barco de la transformación”.
En el caso de Trops, como explica Paula, los agricultores sí han asimilado bien estas nuevas prácticas y dinámicas y cree que la formación, para ello, ha sido clave: “nuestro equipo técnico, de forma habitual, da charlas a los agricultores. Además, realiza unas visitas semanales en las que imparte formación general y, también, específica”.
Para Luis Navarro, esta modernización del sector es una transformación necesaria, que no solo pasa por su digitalización, también por un cambio de mentalidad en relación al campo y el mundo agrícola: “ahora, para ser agricultor, hay que estudiar. Luego ya te especializas en cualquiera de sus ramas, porque estamos manejando todo el día algoritmos en términos económicos, fitosanitarios etc. Estamos, por ejemplo, reconociendo plagas y sus depredadores con luchas biológicas y eso exige una formación”. El experto también señala que es necesaria una vuelta de los jóvenes a la vida rural ya que hay trabajo de calidad y no solo físico.
En definitiva, el futuro pasa por aplicar una mirada digital al sector agrario, no solo para mejorar la productividad y calidad de la industria, sino también para garantizar la continuidad del mundo rural en España. Tal y como señala Paula Ruíz: “si conseguimos aplicar las tecnologías a la agricultura de manera cómoda y fácil, lo tenemos todo hecho”.