Durante toda la vida de la empresa tiene lugar en la misma un proceso continuo de desarrollo que tiene como objetivo aprovechar las oportunidades de negocio que surgen en el mercado para obtener mayores beneficios. En este artículo vamos a detallar las diversas posibilidades de desarrollo o estrategias que existen.
El desarrollo empresarial implica la ampliación de las actividades de la empresa. Este proceso puede tener lugar sin modificar el tipo de productos ni la actividad principal, intentando mejorar los procesos productivos y aumentar las ventas (expansión) o bien ampliando el campo de actividades (diversificación).
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Estrategias de expansión
La expansión es una forma de desarrollo empresarial que se basa en intensificar el esfuerzo en la actividad actual de la empresa. En función del mantenimiento o no del mercado actual y la mejora de los productos ofrecidos se puede distinguir entre las siguientes estrategias de expansión:
1. Penetración en el mercado: se basa en el aumento de las ventas utilizando técnicas de marketing para buscar nuevos clientes.
2. Desarrollo de mercado: en este caso se trata de buscar nuevos mercados para nuestro producto, incluso en otros países (empresas multinacionales).
3. Desarrollo de productos: hay empresas que deciden mejorar sus productos tradicionales, haciendo que evolucionen, como puede hacer un fabricante de herramientas que diseñe mangos especiales que se adapten a la forma de la mano de los trabajadores, para hacer más cómodo su manejo.
Estrategias de diversificación
Las estrategias de expansión tienen en común el mantenimiento de los productos y la actividad principal de la empresa. Sin embargo, existe otra posibilidad: por ejemplo, una empresa que se dedique a la distribución de material de oficina, podría ampliar su campo de actividades a la distribución de mobiliario, tanto para empresas como para particulares. En este caso, dicha empresa estaría diversificando su actividad.
A través de la diversificación de sus actividades, las empresas se introducen en nuevos mercados, ofertando nuevos productos correspondientes a campos de actuación diferentes.
Gracias a la diversificación, las empresas aprovechan plenamente sus recursos productivos: por ejemplo, el distribuidor de material de oficina puede utilizar su almacén y su personal para la distribución de muebles, pues al fin y al cabo no son actividades tan distintas. Además, puede ofrecer estos productos a sus clientes actuales, aprovechando que son empresas, y del mismo modo que necesitan material de oficina pueden necesitar renovar su mobiliario.
En este ejemplo, la empresa se ha diversificado hacia una actividad afín a la que realizaba (diversificación homogénea). También hay casos de diversificación en los que las empresas se introducen en sectores que no tienen nada que ver con su actividad principal (diversificación heterogénea). Por ejemplo, un hipermercado que ofrezca a sus clientes seguros de automóviles.
Una modalidad de diversificación muy empleada es la denominada integración vertical, que se da cuando una empresa realiza todos los procesos de la cadena productiva, desde la obtención de la materia prima, hasta la distribución de los productos a los clientes.
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