IRPF

El IRPF (o Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), en España, es un impuesto que pagan las personas físicas que residen en el país en base a las rentas obtenidas en un año natural. Es la base sobre la que se sostiene el sistema tributario español.

Una vez se conoce lo que es el IRPF, el siguiente paso es saber qué propiedades lo definen. 

Si el IRPF se conoce por una cosa es por su carácter progresivo. Esto quiere decir que el porcentaje que se aplique de IRPF (siempre tomando como referencia los tramos establecidos por ley) dependerá de lo que se haya ganado en el año natural que se esté computando (siendo más elevado según más altos sean los ingresos).

Así, y poniendo un ejemplo, una persona que gane 15.000 € al año tendrá que pagar un IRPF menor que aquella que perciba 25.000 €

El IRPF también se entiende como un impuesto directo, al recaer sobre el ciudadano “como persona”.

En España, que el IRPF sea progresivo implica que su cálculo está supeditado a lo que la persona gane anualmente. Pero estos emolumentos percibidos no son el único factor que influye en su cálculo (el del IRPF). También hay que tener en cuenta otros aspectos, destacando:

- El tipo de contrato.

- El lugar de residencia.

- El grado de discapacidad (de haberla).

- La situación familiar (teniendo especial importancia el número de hijos).

El IRPF, como hemos avanzado en el inicio, se aplica sobre la renta del año (natural), y lo forman:

- Rendimientos: incluye tanto el salario como la prestación por desempleo (en el caso de haberlo cobrado en algún momento del año). También se incorporan las ganancias obtenidas de capitales inmobiliarios (un ejemplo: el alquiler de una casa).

- Ganancias o pérdidas patrimoniales: variaciones, en positivo o en negativo, de la composición del patrimonio personal.

- Imputaciones de rentas establecidas por ley.