Hoy te presentamos el undécimo principio del Manifiesto Ágil, relacionado con los equipos autoorganizados. Este nos dice lo siguiente:
Las mejores arquitecturas, requisitos y diseños emergen de equipos autoorganizados.
Como ya hemos comentado en otros artículos, el Manifiesto Ágil surgió en entornos de desarrollo software. Así, este principio en concreto hace referencia a los requisitos, arquitecturas y diseños en dichos entornos, aunque bien lo podemos extrapolar a otros mundos. Para ello, cambiaremos el principio ágil por:
Los mejores productos y servicios emergen de equipos autoorganizados.
¿Y qué es un equipo autoorganizado?
Un equipo autoorganizado es aquel que coordina su trabajo de manera autónoma y en torno a unos objetivos marcados. Tres son las características principales que lo definen:
- Autonomía: tiene que ver con tomar las decisiones de manera colectiva, en relación al “cómo” y al “quién” realiza las tareas.
- Responsabilidad: el equipo es el responsable de cumplir los objetivos marcados.
- Capacidad de adaptación: ser capaces de reaccionar ante los cambios y realizar las adaptaciones necesarias.
Y ahora que sabemos que es la autoorganización, surge otra duda, que ya planteamos.
¿Es lo mismo autoorganización que autogestión?
Beneficios (y dificultades) de un equipo autoorganizado
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BENEFICIOS
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DIFICULTADES
- Mejora de la comunicación y la transparencia entre sus miembros, generando sentimiento de pertenencia. Esto promueve entre ellos la colaboración.
- Aumento en la capacidad de reacción por parte del equipo ante una situación complicada, lo que les permite resolver más rápido los impedimentos y alcanzar antes los objetivos marcados.
- Crecimiento de la motivación del equipo, lo que permite que desarrolle mejores productos. Es sabido que cuando las personas tenemos autonomía a la hora de tomar nuestras propias decisiones, sentimos que se confía en nosotros y que respetan nuestras ideas. Esto es lo que nos lleva a buscar la excelencia en nuestro trabajo.
- Mejora del conocimiento colectivo, al tener el equipo una visión global del servicio o producto que desarrolla, lo que da sentido a su trabajo.
- Mejora de la circulación de conocimiento. En un equipo autoorganizado es más fácil que haya transmisión de conocimiento entre sus miembros, lo que ayuda a que sean más versátiles. Además, si el conocimiento es compartido y no lo tiene una única persona, el riesgo es menor.
- Mejora en la distribución de las tareas, ya que el equipo autoorganizado sabe mejor que nadie cómo tiene que hacer las cosas y cuál es la mejor forma de repartir las tareas para lograr su objetivo.
- Potencia la responsabilidad compartida, o lo que es lo mismo, se toman decisiones y se asumen compromisos de forma conjunta, lo que ayuda a que se alcance un alto grado de implicación y responsabilidad.
Como podéis ver, ser un equipo autoorganizado tiene muchas ventajas, aunque nadie ha dicho que sea fácil.
- No tener los objetivos claros. El equipo necesita tener unos objetivos marcados, ya que se organizan en torno a ellos, son su guía. Sin ellos no sabrán hacia dónde ir.
- La mayoría de los métodos tradicionales de trabajo no dan autonomía a los equipos, lo que hace que muchas personas están acostumbradas a que les digan qué y cómo tienen que hacer las cosas. Tener autonomía puede provocar que se sientan perdidos en un inicio o que sean reticentes a asumir más responsabilidad por miedo a equivocarse.
- Nos podemos encontrar con determinados perfiles que tienen una gran necesidad de control y no están acostumbrados a empoderar o a dar la oportunidad al equipo de que decida cómo realizar su trabajo.
- Falta de confianza entre los miembros del equipo, lo que puede llevar a que se echen las culpas unos a otros o que no se traten los problemas para así evitar el conflicto. Como consecuencia, no asumen la responsabilidad como equipo de lo que está ocurriendo.
Como podéis ver no es un camino de rosas, pero se puede conseguir.
¿Qué necesitamos para llegar a ser un equipo autoorganizado?
- Estar abiertos a aceptar e impulsar los retos que supone el asumir nuevos modelos de trabajo, teniendo en cuenta y aceptando que habrá personas que estarán más dispuestas que otras.
- Dar tiempo y tener paciencia, dado que pueden darse diferentes ritmos de adaptación en los miembros de una organización. Se trata de un proceso largo porque conlleva un cambio cultural que requiere empowerment y otro estilo de liderazgo. Todo este largo proceso merece la pena porque recordad, "los mejores productos y servicios emergen de equipos autoorganizados”.
Hasta aquí este artículo, en el que hemos querido compartir el undécimo principio del Manifiesto Ágil, el cual nos habla en profundidad de los equipos autoorganizados. Y como siempre decimos los Agile Coaches de la Disciplina Agile España: "todas y todos somos parte del cambio".
Lorena Caaveiro, Agile Coach de la Disciplina Agile España en BBVA, y Andrea Miño, Agile Coach en BBVA Argentina.
Aprendizaje Agile
- Como defiende el principio: “las mejores arquitecturas, requisitos y diseños emergen de equipos autoorganizados”.
- Tres son las características principales de un equipo autoorganizado: autonomía, responsabilidad y capacidad de adaptación.
- Ser un equipo autoorganizado tiene múltiples beneficios, entre los que se encuentra una notable mejora en la comunicación y la transparencia entre sus miembros o una respuesta más rápida ante un problema que surja de repente.
- Para ser un equipo autoorganizado, entre otros aspectos, es importante estar abierto a aceptar e impulsar los retos que supone adaptar nuevos modelos de trabajo, además de dar tiempo y ser pacientes ante este cambio.