La llegada de la nueva directiva PSD2 augura grandes mejoras en el pago online, dentro del mercado único existente en la Unión Europea. Una medida que se comenzó a aplicar el pasado 14 de septiembre de 2019, y deberá estar completamente implementada antes del 31 de diciembre de 2020, cuyo principal objetivo es hacer más seguros los pagos online. También será importante el acceso a la información de sus consumidores que los bancos deben realizar a las TPPs o, lo que es lo mismo, las empresas proveedoras de servicios a terceros (con la previa autorización del consumidor).
Hasta ahora, el acceso de estos últimos a los mercados de pago era complicado. Esta normativa les otorga un papel más destacado en el sector ampliando, con ello, el número de opciones a disposición del consumidor. También ofrecerán a sus clientes un valor añadido con servicios adicionales que les hagan la vida más fácil. Eso sí, deben cumplir las mismas reglas que los proveedores tradicionales: registro, autorización y supervisión por las autoridades competentes. Además, están obligados a potenciar sus medidas de seguridad, ya que una de los pilares de PSD2 es la protección de la operativa bancaria.
La seguridad, una prioridad de la PSD2
Con el fin de incrementar la confianza de los consumidores en los pagos electrónicos, la PSD2 impone la implementación de unos mínimos de autenticación que el usuario debe cumplir y que se relacionan con el concepto SCA (Strong Customer Authentication o autenticación reforzada). Este se define, y resume, como el procedimiento obligatorio que comprueba la autenticidad del cliente utilizando 2 ó 3 factores distintos de entre los siguientes: verifica algo que solo sabe el cliente (por ejemplo, una contraseña), algo que solo tiene el cliente (por ejemplo, su móvil) o algo que el cliente es (por ejemplo, su huella dactilar o su rostro). Estos factores se solicitarán cuando:
- Se realice una compra en un comercio electrónico que se encuentre en la Unión Europea
- Siempre que se introduzcan los datos de la tarjeta bancaria en una web para realizar futuros pagos online, (como, por ejemplo, el pago en plataformas como Netflix o Amazon), aunque en ese momento no se vaya a hacer ninguna compra.
El proceso de compra segura comprende 3 pasos:
- Realizar la compra en el comercio utilizando la tarjeta bancaria.
- Autorizar dicha compra online en el entorno seguro que te ofrece BBVA, ya sea a través de bbva.es o la app de BBVA, siendo este el momento en el que se lleva a cabo la mencionada autenticación reforzada.
- Tras volver al comercio, verificar la compra y concluir así el proceso.
La seguridad: pilar fundamental de BBVA
BBVA, como bien hemos comentado, camina alineado con los objetivos de PSD2. También en materia de seguridad. De hecho, la protección de nuestros clientes es prioritaria para nosotros. La trabajamos desde dos planos:
Aplicación de una serie de medidas de protección, invisibles para el consumidor y que responden a las necesidades de nuestros clientes, que cada vez son más conscientes de la importancia que tiene la cesión de sus datos y quiere saber quién es poseedor de ellos y para qué los utiliza. En relación a esto, y fruto de su liderazgo en Transformación Digital, BBVA ofrece (apoyado en la tecnología y el Big Data) una protección “invisible” a sus clientes la cual detecta e, incluso, se anticipa a situaciones de peligro (como posibles fraudes), asegurando cada pago online que se realice y cada cuenta que se abra.
Control total de la operativa bancaria desde el móvil, lo cual es sinónimo de máxima seguridad. Así lo creemos en BBVA y, para hacerlo plausible, ponemos a disposición del cliente nuestra app. Un mando a distancia único con el que poder controlar nuestras finanzas y evitar cualquier acto malicioso en nuestras cuentas. ¿Cómo? A través de servicios como encender y apagar tus tarjetas con tan solo un ‘clic’ o el botón del pánico, que permite bloquear tus cuentas al instante si detectas cualquier movimiento sospechoso en ellas.
En definitiva, en BBVA ofrecemos medidas que te permitirán estar siempre tranquilo al tener todo tu dinero bajo control.