Cuando invertimos nuestros ahorros, lo primero que debemos analizar es el riesgo que estamos dispuesto a asumir y la rentabilidad que nos gustaría obtener. Dos factores que van siempre de la mano y cuya relación es directamente proporcional, es decir, cuando mayor sea el nivel de riesgo más alta puede ser la rentabilidad y viceversa.
En base a ello, nos podemos encontrar con distintos perfiles y diferentes activos en los que invertir. Unos son más conservadores y optan por la renta fija (menor riesgo y beneficios más bajos), otros son más decididos y apuestan por la renta variable (asumen más riesgo de pérdida de la inversión en busca de una mayor contraprestación si la inversión sale bien) y, en último lugar, están los moderados que prefieren la diversificación del riesgo de sus inversiones, lo que les lleva a elegir activos de los dos anteriores.
¿Por qué hemos de diversificar?
La diversificación es la mejor forma de reducir el riesgo de inversión. La inversión en un solo tipo de activo, en un solo ámbito empresarial o en un solo país, puede llevarnos a perder todo nuestro dinero si el contexto de cualquiera de ellos torna a negativo.
De ahí la importancia de diversificar nuestra inversiones, es decir, se debería de invertir en diferentes activos, en distintos sectores y/o zonas geográficas. Esto nos va a ayudar a reducir notablemente el riesgo y nos va a permitir equilibrar el rendimiento de toda nuestra cartera. Esto significa que si parte de nuestros productos o activos de inversión sufrieran un fuerte revés, serían los restantes productos o activos los que compensarían esta caída y evitarían que perdiéramos nuestro dinero.
¿Cómo podemos aplicar la diversificación de riesgo de nuestras inversiones?
Una vez conocidos sus beneficios, es bueno conocer que opciones tenemos para ampliar nuestro rango de inversión. Podemos:
- Diversificar inversiones por activos, o lo que es lo mismo, contar con una cartera que combine renta fija, renta variable y, también, activos del mercado monetario. Un ejemplo: si tienes 5.000 € ahorrados y los inviertes únicamente en acciones de una compañía, la bancarrota de esta te acarrearía pérdidas cuantiosas. Sin embargo, si divides tu dinero en varios activos (y se produce la misma casuística) la ganancia dependerá de la rentabilidad de todos ellos, pudiendo recuperar por un lado lo perdido por otro.
- Diversificar inversiones por sectores, cuya estabilidad se basa en los distintos ciclos económicos que se producen durante el año, los cuales no afectan a todos los ámbitos comerciales al mismo tiempo. Esto hace que optar por la inversión en varios te pueda ayudar a sobrellevar la recesión en uno de ellos, al equilibrarse por la bonanza de los demás.
- Diversificar inversiones por zonas geográficas y no invertir en acciones de empresas de un único país, hecho que puede ser contraproducente si se produce una bajada en sus previsiones económicas nacionales. Una de las mejores formas de llevarlo a cabo es apostar por varias multinacionales afincadas en países con seguridad jurídica, como Apple.
- Diversificar inversiones por fondos ya que, por mucho que queramos abarcar, no es posible que lleguemos a todos los sectores ni zonas geográficas de alto interés. Con esta opción es posible ampliar nuestro radio de acción gracias al acceso a los fondos de otros fondos de inversión que si llegan donde nosotros no lo hacemos.