El tiempo es una variable determinante en cualquier proceso de inversión. Poco tiene que ver el planteamiento de una inversión financiera a corto plazo con una a largo plazo, como puede ser, por ejemplo, la planificación de la jubilación, que puede llegar a extenderse hasta cuatro décadas. Las necesidades en cuanto a expectativas de rentabilidad, riesgo asumido o liquidez de la inversión distarán de forma notable.
Sin haber un único criterio, es posible distinguir tres tipos de inversiones según el horizonte temporal considerado:
- Inversiones financieras a corto plazo: se catalogan como tales las que tienen una duración aproximada de hasta un año.
- Inversiones financieras a medio plazo: entran dentro de esta categoría las inversiones realizadas a un plazo entre uno y cinco años.
- Inversiones financieras a largo plazo: son aquellas cuyo plazo excede los cinco años.
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Inversiones financieras a corto plazo
En este tipo de inversiones priman generalmente dos criterios: seguridad y liquidez.
Seguridad porque en las inversiones financieras a corto plazo no se dispone de margen temporal para hacer frente a imprevistos. Se deben evitar inversiones financieras con elevada volatilidad que pongan en riesgo el capital invertido, como, por ejemplo, la inversión en bolsa. Ésta sí es adecuada para las que se realicen a largo plazo, en las que la volatilidad se diluye en el tiempo y la rentabilidad obtenida suele ser muy superior a la ofrecida por activos más conservadores, pero no es recomendable en plazos más reducidos.
La liquidez es la propiedad que tienen los productos financieros y de ahorro, que define la facilidad y rapidez para convertirlos en dinero. Cuanto más líquido es un producto, mayor facilidad tiene para deshacerlo y recuperar el dinero. En inversiones financieras a corto plazo es esencial disponer de esa cualidad.
¿Dónde se pueden realizar inversiones financieras a corto plazo?
Algunos de los vehículos que pueden canalizar la inversión financiera a corto plazo bajo las premisas anteriormente descritas son:
- Depósitos o cuentas remuneradas: la rentabilidad está fijada de antemano. Será más reducida en entornos de tipos de interés bajos, pero se disfrutará de elevada liquidez y seguridad.
- Letras del Tesoro: se pueden adquirir desde un importe nominal de 1.000 €. Son valores de renta fija a corto plazo representados exclusivamente mediante anotaciones en cuenta y se emiten a los siguientes plazos: 3 meses, 6 meses, 9 meses y 12 meses. En caso de querer deshacer las posiciones antes de tiempo en el mercado secundario, las variaciones de su precio suelen ser bastante reducidas. Son por tanto activos de muy bajo riesgo.
- Fondos de inversión conservadores: los fondos de inversión gozan de una gran liquidez, pues suelen estar abonados en cuenta en un plazo de entre uno y tres días desde la orden de venta. Para no incurrir en riesgos en un plazo corto, los fondos más adecuados son aquellos que invierten en activos de renta fija a corto plazo, con reducida volatilidad.
¿Dónde no han de realizar inversiones financieras a corto plazo?
Existen otros que, por el contrario, no son recomendables en el caso de que la inversión financiera sea a corto plazo. Son:
- Bolsa: el comportamiento de la bolsa a corto plazo es difícilmente previsible. Sí que se trata de activos de elevada liquidez, pero en los que se incurriría en elevados riesgos no solo en cuanto al objetivo de rentabilidad que se tenga sino también en cuanto a mantener el capital de la inversión.
- Títulos de renta fija a largo o muy largo plazo: dado que el objetivo no será mantenerlos hasta su vencimiento, y que se tendrán que negociarlos en el mercado secundario, es importante tener en cuenta que la volatilidad del precio de los títulos de renta fija a largo plazo es más elevada.
- Fondos de inversión que invierten en activos de riesgo: sí que se gozará de la elevada liquidez de estos productos, pero quedarán sometidos a la volatilidad de los activos en los que invierten.
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