Cómo influye el número de años cotizados en la pensión de jubilación
A la hora de calcular la edad de jubilación y la pensión correspondiente, hay dos variables clave: el importe de las cotizaciones a la Seguridad Social realizados durante los últimos años y el número de años de cotización. En función de estas dos variables, la Seguridad Social establece el importe de la pensión. Para saber cómo afecta el periodo cotizado a las pensiones y cuáles son los periodos establecidos por la ley en la actualidad, podemos establecer estas tres categorías:
- Menos de 15 años cotizados: para poder tener derecho a cobrar una pensión contributiva es necesario haber cotizado un mínimo de 15 años, y también haber cotizado por lo menos 2 años en el intervalo de los 15 años previos a causar el derecho. Esto deja fuera del sistema de pensiones a los trabajadores que no cumplan con estas condiciones. Sin embargo, en algunos casos, el sistema prevé que estas personas puedan acceder a una pensión asistencial.
- Entre 15 años y 36 años y 9 meses (requisitos para 2019): las personas cuyo periodo de cotización se encuentre en esta horquilla y hayan cumplido 65 años y 8 meses, podrán jubilarse a dicha edad ordinaria. En 2027, este intervalo se ampliará hasta los 38 años y 6 meses y la edad ordinaria hasta los 67 años.
- Más de 36 años y 9 meses (según los requisitos para 2019): las personas que hayan cotizado durante este tiempo podrán jubilarse a una edad ordinaria de 65 años. Desde 2027, para poder jubilarse a esta edad, deberán acreditarse al menos 38 años y 6 meses de cotizaciones.
Una vez analizada la edad ordinaria de jubilación, que depende de cuántos años se haya cotizado, es importante conocer cómo se accede al 100% de la pensión de jubilación. Para ello, en 2019 se exige haber cotizado un periodo mínimo de 35 años y 6 meses. Sin embargo, este periodo también se encuentra en fase de incremento gradual. En 2027 y años sucesivos, se exigirá haber cotizado por lo menos 37 años.
La política del envejecimiento activo: una manera de aumentar los años de cotización
Dada la alta tasa de desempleo que ha sufrido el país en la última década, es fácil concluir que no todo el mundo podrá demostrar un periodo de cotización tan extenso, tanto para acceder a la jubilación a la edad de 65 años como para alcanzar el 100% de la pensión. Además, los trabajadores de más edad pueden aportar un valor extra a su trabajo gracias a la experiencia acumulada durante su vida laboral. Para aprovechar esta experiencia y ofrecer a los trabajadores una oportunidad de aumentar el importe de su pensión mientras siguen activos, la ley prevé tres situaciones en las que es posible acceder a la jubilación después de la edad ordinaria:
- La jubilación demorada permite a los trabajadores seguir trabajando y cotizando una vez superada la edad de jubilación, a la vez que incrementan porcentualmente el importe de la pensión que recibirán cuando finalmente se jubilen. La bonificación en la pensión oscila entre el 2% y el 4% por cada año completo cotizado más allá de la edad ordinaria de jubilación.
- La jubilación flexible permite, compatibilizar, una vez causada, la pensión de jubilación con un contrato a tiempo parcial, dentro de los límites de jornada a que se refiere el artículo 12.6 del ET, con la consecuente minoración de aquélla en proporción inversa a la reducción aplicable a la jornada de trabajo del pensionista, en relación a la de un trabajador a tiempo completo comparable.
- Por otro lado, la jubilación activa es una medida destinada a los trabajadores que hayan cumplido la edad legal de retiro y que hayan cotizado el mínimo de años exigido para cobrar el 100 % de la base reguladora. Si lo desean, estos trabajadores podrán continuar con su vida laboral, por cuenta propia o ajena, cobrando a la vez su sueldo y el 50 % de su pensión. En el caso de trabajadores autónomos con al menos un trabajador a su cargo, se percibe el 100% de la pensión.