Aunque se crea que son sinónimos, y así se usen, la jubilación anticipada y la prejubilación son dos términos muy diferentes (sólo tienen en común que representan un hito en la vida laboral de una persona).
La jubilación anticipada, explicada de forma resumida, es una forma de acceder a la pensión antes de la edad legal. Un “retiro anticipado” que requiere del cumplimiento de unas condiciones para hacerse efectivo, como, por ejemplo, haber cotizado un número determinado de años o cumplir ciertas condiciones de edad. Por su parte, y así lo vamos a explicar en este artículo, la prejubilación es un concepto que dista, y mucho, de parecerse a lo previamente descrito. ¿Quieres saber qué es la prejubilación, los requisitos para acceder a ella y cómo funciona? Entonces… ¡No dejes de leer!
Sabemos que la experiencia es un grado
¿Qué es la prejubilación?
La prejubilación, la cual no está contemplada en la normativa de la Seguridad Social, es un acuerdo entre la empresa y el trabajador para dar por concluida su relación laboral en unas condiciones que permitan al trabajador llegar a la edad legal de jubilación con unas garantías económicas iguales o parecidas a las que tenía cuando se encontraba en activo. Veamos más en detalle en qué consiste la prejubilación.
Ejemplos de prejubilaciones
Son muchos los casos en los que se puede utilizar una prejubilación como una forma de retiro que beneficie tanto a la empresa como al empleado.
Un primer ejemplo de prejubilación es: un trabajador se acerca a la edad de jubilación sin cumplir, todavía, los requisitos para acogerse a la jubilación anticipada. Esto le lleva a solicitar la prejubilación a la empresa, a la que es posible que le interese el acuerdo, con el objetivo de ir renovando su plantilla poco a poco. No obstante, y en el supuesto de que se llegue a un acuerdo entre las partes, el empleado no podrá acceder a la prestación por desempleo.
Un segundo ejemplo de prejubilación es: la empresa es la que necesita la prejubilación de algunos de sus trabajadores, por ejemplo, cuando se ve forzada a aplicar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). De esta forma, el despido se va a compensar con una indemnización (muchas veces en forma de pago mensual) que ayudará al trabajador a llegar, en unas condiciones económicas muy similares, al momento de su jubilación.
¿Cuáles son los requisitos para la prejubilación?
Si bien es cierto que, legalmente, no existen unos requisitos a cumplir para la prejubilación, más allá de los que establezca la empresa para la firma del acuerdo, lo habitual es que se ofrezca esta “opción” a aquellos que:
- Tengan 55 o más.
- No puedan acceder a la jubilación anticipada (y su única “alternativa” sea la prejubilación).
- Hayan cotizado los años suficientes a la Seguridad (por no alcanzar la edad que se necesita o no tengan los años cotizados que se exigen).
- Tengan una determinada antigüedad en la empresa.
¿Cómo funciona la prejubilación?
Como hemos indicado en el apartado anterior, la prejubilación se vincula, habitualmente, con los trabajadores de edades próximas a la jubilación que, por no cumplir uno o varios de los requisitos, no se puedan acoger a la figura de la jubilación anticipada.
El empleado y la empresa llegan a un acuerdo para que el trabajador reciba una cantidad de dinero determinada que complemente su prestación por desempleo hasta el momento en que, por fin, se pueda acoger a la jubilación anticipada o a la jubilación ordinaria. No obstante, en otros supuestos, el trabajador es incluido en un Expediente de Regulación de Empleo a través del cual accede, al menos, a la indemnización marcada legalmente.
¿Cuánto se paga en la prejubilación?
En lo relativo al pago de la prejubilación, lo más habitual es que el trabajador ingrese, mensualmente, entre el 60% y el 80% de su sueldo. En muchos casos, dichos ingresos son parte de la indemnización que la empresa paga al trabajador causada por su inclusión en un Expediente de Regulación de Empleo.
De igual modo, las cotizaciones a la Seguridad Social (que se siguen abonando hasta la jubilación del trabajador) corren a cargo del empleador (la empresa), de forma directa o indirecta (se las paga al trabajador y este hace el depósito de las mismas).
¿Qué factores van a influir en el cálculo de la prejubilación?
Para calcular el importe de la jubilación, en base al porcentaje que hemos indicado, la empresa tiene en cuenta una serie de factores, destacando:
- Edad del trabajador (como hemos advertido, lo normal es que se prejubile a partir de los 55 años, aunque puede ser antes).
- Antigüedad en la empresa (la establece la propia compañía).
- Duración de la prejubilación.
A la par que la prejubilación, ¿se puede cobrar la prestación por desempleo?
Sí, es posible el cobro de esta prestación contributiva (en base al tiempo que se haya cotizado en los 6 años inmediatamente anteriores a la solicitud).
De manera opcional, si el trabajador agota su prestación contributiva por desempleo, podrá solicitar el subsidio por desempleo, que puede durar entre 6 a 18 meses (y siempre que el beneficiario demuestre que carece de rentas, en las que no se incluyen las cuantías recibidas en concepto de indemnización legal por despido). Además, y agotada está última, podrá recurrir al subsidio para mayores de 52 años (para los trabajadores que están en paro).