Un préstamo personal se entiende como la cesión de una cantidad de dinero a un tercero, con la obligación de que este lo devuelva. En la mayoría de los casos, este suele ser otorgado por una entidad bancaria. Sin embargo, también es bastante común que un préstamo se lleve a cabo entre familiares, o personas cercanas, que necesiten de ayuda económica.
Para que estos préstamos entre familiares tengan lugar, se tienen en cuenta aspectos como la solvencia del prestatario o los vínculos emocionales que este tenga con el prestamista. Pero el aspecto más sensible se encuentra en cómo darle forma a la operación. Más aún si tenemos en cuenta que no debe identificarse erróneamente como una donación.
En este artículo vamos a explicarte qué es un préstamo entre familiares, cómo formalizarlo, los requisitos exigidos para ello y cómo has de declararlo ¡Sigue leyendo!
¿Qué es un préstamo entre familiares?
Un préstamo familiar, o entre familiares, se considera a aquel en el que la entrega de una cantidad concreta de dinero se lleva a cabo entre dos personas físicas, siendo habitual que estas sean de la misma familia, amigos o allegados. En este caso, no interviene ninguna entidad bancaria.
Un préstamo entre familiares ha de devolverse siempre, en un periodo acordado, aunque es el prestamista el que decide si se pagan intereses, o no. Los usos más comunes que se le pueden dar son: la entrada para la compra de una vivienda, un coche, o incluso financiar un nuevo proyecto profesional.
El préstamo de dinero entre familiares, amigos o allegados, al igual que si lo hiciésemos con un banco, debe hacerse acorde a lo especificado por la normativa fiscal vigente. De no ser así, Hacienda puede llegar a imponer el pago de impuestos correspondiente a donaciones o herencias, con tasas más elevadas.
¿Cómo se formaliza un contrato de préstamo entre familiares?
Plasmar el préstamo entre familiares en un contrato es fundamental, sobre todo para que el prestatario pueda explicar el movimiento de fondos recibido, ante un posible requerimiento de una Administración Pública o Juzgado.
El contrato con el que regularemos el préstamo familiar puede ser un documento público o privado. En muchos casos, se recomienda la primera opción, dado que ofrece al prestamista más facilidades a la hora de reclamar impagos, si estos se produjeran. Aunque no es obligatorio optar por esta vía, descartando la privada.
¿Cuáles son los requisitos ineludibles en un préstamo familiar?
Sea cual fuere su naturaleza, el contrato que formaliza un préstamo entre familiares debe contener una serie de datos imprescindibles, que son:
- Fecha de la firma del contrato.
- Datos del prestamista y del prestatario.
- Intereses del préstamo entre familiares (de no haberlo, debe quedar también reflejado).
- Importe exacto del préstamo.
- Plazo de devolución.
- Posibilidad de amortización o cancelación anticipada del préstamo.
- Cláusula sobre los pasos a seguir en caso de impago.
Esto hará que cualquier problema que se produzca en el futuro, pueda solventarse mediante la aplicación de las cláusulas firmadas en el acuerdo.
¿Cuál es el modelo 600 para los contratos de préstamos entre familiares?
Los préstamos entre familiares (siempre y cuando estos sean personas físicas) están sujetos, pero también exentos, de tributación. Es decir, legalmente es necesario liquidar el impuesto relacionado con él, aunque no se tiene por qué abonar ninguna cantidad.
Para ello, el prestatario tiene a su disposición el modelo 600, a través del cual se realiza la autoliquidación del préstamo familiar, evitando así que pueda ser considerado como una donación. El receptor del crédito deberá presentarlo, junto a la correspondiente documentación, en la Delegación de Hacienda de la comunidad autónoma en la que resida. A nivel legal, el plazo establecido para presentar el modelo es de 30 días desde el ingreso del dinero en la cuenta del prestatario.
¿Cómo se declara un préstamo entre familiares?
La normativa fiscal define a los préstamos entre familiares como una figura reconocida dentro del impuesto de transmisiones patrimoniales, en la modalidad TPO (transmisiones patrimoniales onerosas). Por ello, y a la hora de declarar esta clase de créditos, es bueno saber que está exento del Impuesto de Transmisiones y Actos Jurídicos Documentados, para casos en los que se estipule en el contrato la gratuidad del préstamo.
Ahora bien, si la anulación de los intereses no se explicita en el contrato del préstamo para familiares, Hacienda le reclamará al prestatario un 3% del IRPF, de acuerdo con lo previsto en el artículo 40 de la Ley 35/2006 del Impuesto a la Renta de la Personas Físicas.
Por otro lado, siempre que se cobren intereses, el prestamista tendrá que introducirlos en su declaración del IRPF, mientras que aquel que los abone podrá hacer una retención a cuenta, aunque no es realmente necesario.
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