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El trabajo como la base de mi proyecto de vida
Para Miriam Morales, responsable del Sindicato Joven de Comisiones Obreras de Madrid, hay mucho mito sobre cómo son en realidad este colectivo de gente joven. En su opinión, los millennials le piden al trabajo “lo mismo que siempre”, es decir, que les permita dar sustento al proyecto vital que cada uno tenga. Dicho de otra forma, “que les dé estabilidad”.
¿Pero no se suponía que los jóvenes daban más importancia a la esfera personal de su vida? Es así, en el sentido de que buscan un trabajo que también les permita desarrollarse fuera de él. Pero Miriam Morales no considera que esto suponga, en realidad, un cambio con respecto a las generaciones anteriores.
La felicidad en el trabajo no está en el postureo
También piden un trabajo acorde a su formación
Pero insiste: los jóvenes siguen queriendo lo mismo de siempre: poder tener un trabajo que les permita desarrollar una vida plena, “que les permita vivir y no solo trabajar; que les permita cumplir con las expectativas que se han marcado; que esté adecuado a su formación; que les permita independizarse, formar una familia si lo quieren, y poder decidir y planear su futuro”.
Miriam Morales insiste en que lo que puede aportar mayor felicidad en el trabajo es es, sobre todo, que este sea estable, a jornada completa (y no parcial) y que haya un desarrollo profesional y una carrera “de verdad”.
No soy tan distinto a mis padres como crees
Puede que la juventud sea, por naturaleza, más reivindicativa y revolucionaria. Eso no significa que sea tan diferente a las generaciones anteriores en lo que a la búsqueda de la felicidad se refiere, o en el empleo de las herramientas para lograrla.
Por eso, la responsable del Sindicato Joven de Comisiones Obreras de Madrid matiza mucho esos informes que concluyen que los jóvenes exigen no tener que ir a una oficina a trabajar o que demandan condiciones de conciliación superiores a las de sus progenitores.
Sin estabilidad, no pueden planificar ni decidir su futuro
“Es cierto que hay jóvenes que pueden preferir el teletrabajo”, explica Miriam. Pero por la gente con la que trata su organización, asegura que los jóvenes prefieren acudir a un centro de trabajo y “poder hablar con el que está al lado, compartir lo que nos va bien y mal”. Es decir, socializar.
En cuanto a las demandas como acortar la hora de la comida, que las jornadas no sean partidas, mejorar las condiciones de flexibilidad horaria o el poder trabajar en diferentes lugares, nuestra experta entiende que estos aspectos del salario emocional son algo que demanda no solamente la juventud, sino todos los grupos de edad: “son condiciones que permiten conciliar la vida personal y profesional de mejor manera. No creo que sean cuestiones en las que se fije únicamente la juventud, sino que cualquier trabajador las puede reclamar”.
Aunque las razones que llevan a hacerlo pueden no ser las mismas: “quizás la flexibilidad no se quiera para poder llevar a un hijo a la guardería si no para ir al gimnasio o quedar con los amigos”, nos comenta Miriam, la cual no cree que debamos ceñirlo solo a la generación actual.
¿Y si me jubilo en mi actual trabajo?
Quizá tengas algún amigo (o tú mismo) cuyo padre o abuelo entró muy joven en una empresa y se acabó jubilando en ella.
Algunos informes perfilan al millennial como un profesional totalmente opuesto a esto. Estaríamos ante una persona más inquieta, que se mueve por proyectos y no busca tanto la notoriedad y reputación de una empresa como un trabajo ilusionante, por lo que iría cambiando de empleo cada cierto tiempo.
De nuevo, Miriam Morales destierra este “mito” y asegura que es más una imagen que se está vendiendo en el mercado, intentando transmitir una “sensación de libertad” que, en su opinión, es falsa. “Lo que denota es falta de estabilidad, y eso condiciona mucho el proyecto de vida”, declara. “Si no sé qué va a ser de mi trabajo en 5 meses, ¿qué hago con el alquiler? ¿qué hago con una familia?”, se pregunta.
Así pues, en su opinión: “parece que no tiene que gustarle a los jóvenes lo de no estar atados a una empresa, porque eso es algo de nuestros padres y de nuestros abuelos” cuando, según ella, ésta es una de las formas de conseguir esa estabilidad en el empleo que demanda. “¿Qué hay de malo en que entre con 18 años en una empresa y que me jubile con 65 en la misma? ¿Soy peor trabajador? No, simplemente he conseguido una estabilidad en el empleo y probablemente un desarrollo profesional más amplio que si voy saltando de una empresa a otra”, asegura.
Cómo conseguir un trabajo que te haga feliz
Los comienzos nunca son fáciles, por lo que quizá lo ideal es mirar hacia el futuro. “Tienes que buscar tu expectativa, proyectar dónde te quieres ver dentro de unos años”, recomienda Miriam Morales.
En este camino hacia el futuro tiene que ver mucho la formación que cada uno haya realizado. “Si has hecho un FP de peluquería, probablemente el día de mañana serás peluquero, si lo has estudiado en conciencia”, relata Miriam, para quien resulta fundamental encaminar tu futuro a lo que verdaderamente ha estudiado cada uno de nosotros. “No hay ningún truco para esto”, avisa.