Tu forma de ser incide sobre el modo en que ganas y gastas el dinero. Detrás del uso cotidiano que las personas dan a sus recursos económicos, pueden adivinarse esos valores que guían tus hábitos y pautas de comportamiento. Perseverancia, austeridad y prudencia, por ejemplo, son solo tres de los múltiples valores asociados al manejo del dinero.
En este artículo, podrás indagar más acerca de estos y otros valores (confianza, esfuerzo, generosidad…), así como de cuán importante es practicar, y transmitir a las nuevas generaciones, un uso del dinero acorde a tus creencias y sentimientos personales. Aunque, antes de bucear en los distintos valores vinculados con el uso del dinero, quizá sea conveniente preguntarse: ¿qué son exactamente estos valores éticos de los que hablamos?
¿Qué son los valores éticos?
Los valores éticos constituyen un conjunto de guías o patrones que dirigen el comportamiento de una persona. Como indica el término ‘éticos’, proceden de la ética, es decir, de una parcela de la filosofía que se ocupa de analizar el sistema moral de los individuos y las sociedades. Puesto que nada ilustra más que los ejemplos, algunos de los valores éticos universales son, entre otros, la justicia, la lealtad, la honestidad y la libertad.
Las vivencias familiares, educativas y sociales van construyendo el cúmulo de valores que las personas guardan en su interior. No hay duda de que los valores éticos resultan claves a la hora de conformar los rasgos de la personalidad, al tiempo que también son absolutamente imprescindibles de cara a la convivencia pacífica entre las personas, ya que estos valores se materializan a través de las acciones y convicciones de cada cual.
¿Cuáles son los valores asociados al manejo del dinero?
Así pues, el empleo que se da al dinero, al ser este una faceta más de las muchas que componen la rutina cotidiana de las personas, pone en juego un conjunto de valores que se complementan con el propósito de alcanzar un equilibrio, igual que si se tratara de una balanza.
A continuación, puedes encontrar cuáles son los valores más comúnmente vinculados con el manejo del dinero y de qué manera ejercen su influencia:
- Respeto: remite al cumplimiento de aquello que se promete, al respeto por la palabra dada.
- Esfuerzo: hace mención a la honestidad, integridad y, sobre todo, al sacrificio.
- Autonomía: responder por los actos, sentimientos y pensamientos personales. De cara a disfrutar de autonomía respecto al dinero, la austeridad es un valor muy relevante, porque otorga peso a la práctica del ahorro.
- Generosidad y solidaridad: el agradecimiento está muy presente en estos dos valores, que abogan por compartir con las personas menos afortunadas.
- Prudencia: o autodominio, esa capacidad de controlar con voluntad férrea las acciones que una persona lleva a cabo.
- Perseverancia: en torno a este valor pivotan otros como la paciencia o saber esperar, la serenidad o poder mantener la calma en situaciones difíciles, y la disciplina, que consiste en dominar tus anhelos, palabras y pautas de comportamiento.
Confianza: uno de los valores esenciales cuando se maneja dinero
Mención especial y aparte merece el valor ético de la confianza, totalmente básico cuando se trata de intercambiar dinero. Procedente de la palabra latina ‘fides’, la confianza es un puntal insustituible al operar con dinero. No pierdas de vista que el factor confianza interviene de forma destacada cada vez que llegas a un acuerdo, por ejemplo, con el banco para contratar un préstamo. Si la entidad bancaria te concede la financiación que has solicitado es debido a que tiene la confianza de que podrás proceder a su amortización en la forma y el plazo acordados. Por ello, los bancos estudian individualmente los casos, analizando los historiales crediticios, antes de proceder o no a aprobar la firma de un préstamo.
Muy ligado a la confianza se halla el valor de la credibilidad, o dicho con otras palabras, el grado en que las demás personas se fían de ti. Sin confianza ni credibilidad, sería prácticamente imposible realizar compraventas ni adquirir bienes de consumo. Aunque existen autoridades que velan porque las partes cumplan lo que acuerdan durante una transacción, el sistema funciona a partir de la confianza que se tiene de que el otro hará lo que ha garantizado que va a hacer, ya sea esto pagar un gasto o entregar un bien.