La normativa PSD2 no es “nueva”. Se trata de una actualización de la que, en 2007, fue la primera Directiva de Servicios de Pago (o PSD1), la cual tenía como objetivo la creación de un mercado único de pagos en la Unión Europea. Un hecho que ayudaría a fomentar la competencia, la innovación y la eficiencia. Buscaba, en definitiva, generar un cambio en la relación entre dinero y nuevas tecnologías.
Tras este primer avance, en 2015 se aprobó una nueva Directiva de Servicios de Pago (PSD2). ¿Qué cambios supone con respecto a la versión anterior? La nueva directiva, dirigida tanto a consumidores como a comercios, potencia el desarrollo de un mercado de pagos único, más integrado y eficiente, acrecentando el papel de ambos actores mediante la garantía de unos pagos electrónicos más fáciles y, sobre todo, más seguros al ser ellos los únicos dueños del destino de su dinero y de sus datos.
De igual modo, y de cara a conseguir un mercado europeo más integrado e interoperable para todos sus participantes, obliga a las entidades financieras a dar acceso a la información de las cuentas de sus clientes (siempre bajo su previa autorización) a las TPPs o empresas proveedoras, garantizando siempre la seguridad de los datos.
Un paso adelante que rompe la barrera que, hasta la fecha, tenían dichas TPPs para entrar en este mercado. Cae, por tanto, el muro que impedía el acceso de nuevos jugadores en la partida, lo que es un enorme beneficio para el consumidor al contar con un mayor número de servicios y opciones de pago a su disposición, todas ellas reguladas por las mismas normas (ya conocidas) y portadores de férreas medidas de seguridad para proteger su dinero y sus datos.
Principales ventajas de PSD2
Dos puntos son clave de esta nueva normativa PSD2: dar vida a nuevas formas de pago y hacerlas más seguras. En materia de protección, y con la idea de incrementar la confianza de los consumidores en los pagos electrónicos, establece nuevos mínimos de autenticación para el usuario para lo que cobra un gran valor la SCA (o doble autenticación). Esta obliga a aplicar 2 ó 3 factores a elegir entre: una cosa que el usuario conoce (por ejemplo, la contraseña), una que posee (por ejemplo, el móvil) y otra que es (por ejemplo, la huella dactilar o el rostro). Ya no valdrá con el primero como hasta ahora, sino que serán necesarios 2 (doble autenticación o SCA) siendo el uso de la biometría uno de los elementos más complejos de vulnerar por ser únicos de cada persona.
Estos factores de autenticación se solicitarán en los siguientes casos:
- Cuando se realice una compra en un comercio electrónico que se encuentre en la Unión Europea
- Cuando se introduzcan los datos de la tarjeta bancaria en una web para realizar futuros pagos online, (como, por ejemplo, el pago en plataformas como Netflix o Amazon), aunque en ese momento no se vaya a hacer ninguna compra.
El proceso de compra segura comprende 3 pasos:
- Realizar la compra en el comercio utilizando la tarjeta bancaria.
- Autorizar dicha compra online en el entorno seguro que te ofrece BBVA, ya sea a través de bbva.es o la app de BBVA, siendo este el momento en el que se lleva a cabo la mencionada autenticación reforzada.
- Tras volver al comercio, verificar la compra y concluir así el proceso.
BBVA y la normativa PSD2
En BBVA compartimos el espíritu que envuelve a esta normativa PSD2. En primer lugar, a la hora de innovar en lo relativo a los pagos online, algo en lo que fuimos de los primeros cuando abrimos nuestra plataforma a terceros para que, a través de las Open Apis, pudiesen crear nuevas funcionalidades que hiciesen la vida más fácil a nuestros clientes y les ayudasen a tomar mejores decisiones como ya hicimos, tiempo atrás, con nuestro Servicio de Agregación, que les permite tener las cuentas y tarjetas de todos sus bancos en un mismo sitio y tener, así, su economía bajo control.
En segundo, y como también pretende PSD2, queremos ofrecer a los consumidores la mayor seguridad a nuestro alcance y, para ello, trabajamos a dos niveles: con medidas invisibles o de alto grado de sofisticación como el reconocimiento biométrico por iris o, también, convirtiendo el móvil en un mando que permite controlar nuestras cuentas y tarjetas. Este último incorpora hasta un botón del pánico con el que puedes bloquearlas al instante si detectas algo sospechoso.
El presente y el futuro son digitales
La normativa PSD2 afectará a bancos, comercios y consumidores de toda Europa. Sin embargo, cada uno lo va a vivir de forma distinta en función de cómo haya abordado su entidad la transformación digital y la experiencia que, en base a esto, pueda ofrecer a sus clientes.
En BBVA tratamos de ir siempre por delante, aprovechando la tecnología y el big data en beneficio de nuestros clientes. Esto nos capacita para ofrecer una buena experiencia a nuestros clientes y acomodar su aterrizaje en la nueva PSD2.