05/03/2021
La reflación es un término que debes conocer si quieres entender los movimientos de los mercados, sobre todo en la actualidad. En este artículo obtendrás todas las respuestas y conocerás las consecuencias que tiene.
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¿Qué es la reflación?
En 1934, el economista Irving Fisher, tras la Gran Depresión de 1929, planteó el término reflación, como método para impulsar el crecimiento económico con presiones inflacionistas mediante ayudas fiscales o monetarias.
Dicho de otro modo, la reflación es, ante todo, una forma de crear inflación mediante estímulos fiscales o monetarios, con el fin de que no haya deflación (caída de precios) y se supere una recesión (tasa de variación negativa del PIB al menos durante dos trimestres consecutivos), al incentivar el consumo de bienes y servicios.
Esto puede realizarse de dos maneras: incrementando la cantidad de dinero en circulación o realizando una bajada fiscal. La intervención estatal acelera artificialmente el crecimiento de la economía. No en vano, el término es una mezcla de crecimiento e inflación.
Diferencia entre reflación y otro tipo de inflación
Existen varios tipos:
- Inflación: la inflación es la situación en la que los precios suben en un determinado periodo de tiempo. Dependiendo de la cuantía, existen diferentes grados: normal (hasta el 10%), galopante (10-100%), hiperinflación (más de 100% y hasta miles).
- Deflación: la deflación tiene lugar cuando los precios bajan de un año a otro. El consumo también lo hace, puesto que los ciudadanos creen que los productos valdrán más barato en el futuro.
- Reflación: se produce reflación cuando el Estado estimula artificialmente la economía con el fin de superar una recesión.
- Desinflación: la desinflación se produce cuando la tasa de inflación desciende, es decir, los precios siguen subiendo, pero en menor medida que antes.
- Estanflación: la estanflación se produce en época de crisis económica y conlleva un aumento de la inflación y del desempleo junto a un estancamiento de la economía.
¿Cuál es la diferencia entre deflación y desinflación?
Si bien ambos conceptos pueden llevar a error por la similitud de su sintáxis, la diferencia principal radica en que la desinflación se produce siempre ante un aumento en los precios, si bien este incremento de los precios es inferior respecto al período anterior. Es decir, estaríamos hablando de una desaceleración en los precios, que siguen creciendo pero a un ritmo menor. En el caso de la deflación nunca se produce aumento de precios sino bajadas de los mismos con las devastadoras consecuencias económicas que se derivan de esta situación.
Por tanto y para resumir en pocas palabras, la principal diferencia entre ambos conceptos es que en el caso de la desinflación el crecimiento de los precios se va reduciendo en el tiempo pero siempre hay crecimiento, nunca llega a ser crecimiento cero o crecimiento negativo, caso en el que la desinflación se convierte en deflación.
¿Cómo afecta la reflación al mercado?
La reflación siempre viene aparejada del miedo de los dirigentes políticos y empresariales por la constante bajada de precios, la conocida como deflación de la mayoría de las recesiones. Este sería el peor escenario posible para la evolución de la economía de cualquier país, puesto que impacta en varios aspectos, que a grandes rasgos son los siguientes:
- La bajada de los precios aumenta el poder adquisitivo de los ciudadanos, pero también se reduce el consumo porque hace que las empresas ganen menos dinero. Se genera un exceso de oferta, y la demanda no evoluciona de la misma manera, puesto que los ciudadanos creen que podrán adquirir los bienes y servicios más baratos.
- El resultado suele ser una reducción de la actividad económica, con el fin de ajustar la oferta a la demanda. Esto provoca que sea necesaria menos mano de obra y por tanto, menos puestos de trabajo.
- Esto repercute en la tasa de paro, que suele dispararse y puede frenar el crecimiento económico durante un largo período de tiempo. Las condiciones económicas de la población se hacen precarias y el riesgo de pobreza aumenta. Es decir, una crisis con todas las letras.