Tasar tu coche es el primer paso que debes realizar si deseas venderlo. Conocerás su valor real y, con ello, lo que puedes pedir por él cuando lo pongas en el mercado de coches de segunda mano. Un proceso para el que debes tener en cuenta diversos factores, que pueden condicionar el valor final del vehículo, así como la vía que utilizas para llevar a cabo la tasación.
Desde BBVA queremos ayudarte en cada paso y, para ello, vamos a explicarte en detalle todo lo que debes tener en cuenta de cara a obtener el máximo por tu vehículo.
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¿Quién puede tasar mi coche?
Si ya tienes claro que quieres vender tu coche, el siguiente paso es elegir quien llevará a cabo el proceso de tasación. Dispones de 2 opciones:
- Tasación presencial: el profesional especializado (tanto a título individual como si se trata de un concesionario o un desguace) analiza la información de mercado y, en base a esta y a su experiencia, te ofrece el valor aproximado del vehículo en la actualidad. De trato personalizado, permite conversar con el tasador, obteniendo con ello información relativa a valores que pueden influir en la cantidad final. Por contra, se necesita gestionar la visita, o visitas, que serán necesarias para llevar a cabo estas gestiones.
- Tasación online: método rápido y preciso que obtiene sus resultados del análisis de amplias y potentes bases de datos (actualizadas en base a los cambios en el mercado automovilístico). Solo es necesario rellenar un formulario con la información básica del coche (marca, modelo, versión, año de matriculación, etc) para que, en un pocos segundos, te ofrezca el valor real del mismo.
Factores a tener en cuenta a la hora de tasar mi coche
Tanto si te decantas por tasar tu coche de forma presencial como si lo haces online, existen múltiples factores que pueden influir (en distinto grado) en el valor final del vehículo:
- Características: son varias las que se tienen en cuenta a la hora de tasar el vehículo. La marca (no todas tienen el mismo valor en el mercado ni se devalúan al mismo ritmo), el modelo y versión del mismo o la fecha de matriculación son algunas de ellas. También se revisan los kilómetros recorridos (pueden indicar el grado de desgaste del vehículo) y el tipo de carburante que utiliza.
- Estado: tanto a nivel interno como externo, lo primero que se mira con lupa es el motor. A continuación, se analiza su interior (desde el volante o los asientos a los pedales de aceleración y freno, el embrague o la palanca de cambios) y su exterior (carrocería, lunas y espejos). También es bueno fijarse en el desgaste de los neumáticos.
- Documentación del vehículo: se debe contar con toda la información del vehículo, con las revisiones oficiales (incluida la ITV), además de tener el libro de mantenimiento al día.
Menos relevante, y solo en los vehículos más antiguos, hemos de tener en cuenta el equipamiento adicional del que dispone el vehículo. Esos extras en los que invertiste al comprarlo y que, ahora que quieres venderlo, pueden elevar su precio. Un mejor sistema de sonido, pantallas en los asientos o el hecho de que sea descapotable son algunos ejemplos.
¿Qué puede hacer que mi coche pierda valor?
Como hemos podido ver, son muchos los agentes de los que depende el valor de mi coche. La mayoría actúan positivamente sobre el precio final aunque, como en todo, los hay que tienen el efecto contrario.
La edad del vehículo, por ejemplo, es uno de ellos. Partiendo de que el coste de un coche se reduce entre un 15 % y un 18 % tras su salida del concesionario, el paso de los años hace que se deprecie más (consulta la tabla de precios de Hacienda Pública en el BOE para conocer tu caso) sin importar el estado en el que se encuentre. Lo mismo ocurre con el kilometraje. Cuando más kilómetros se realicen con él, menos podremos pedir a la hora de venderlo. También influye el tipo de carburante que utilice. Los coches ‘diésel’ consumen menos combustible y, además, este es más barato. Esto hace que se pueda pedir más por ellos que por uno de ‘gasolina’.
El mantenimiento del coche también puede reducir el precio de venta (o aumentarlo). Por eso es importante que esté en el mejor estado posible (sin ningún desperfecto grave) y con las revisiones pasadas a su debido tiempo (incluida la ITV). Ayuda a conseguirlo, por ejemplo, el haberlo tenido en garaje protegido de agentes externos que pueden dañarlo como el sol o la lluvia.
Igualmente, tener pasadas las revisiones en el taller oficial también es relevante a la hora de valorar el coche.
Consejos para obtener más por tu coche
Es fundamental tener en cuenta todos los factores que te hemos comentado. Sin embargo, tras tasar tu coche y obtener su valor residual (precio de mercado en el momento de la venta) online o presencialmente, has de saber que no conviene centrarse en esta primera propuesta y si acudir a más tasadores para poder comparar y ver cuál te ofrecer mejor precio y condiciones.
También debes analizar en profundidad cómo se encuentra el mercado en ese momento, entrando en las distintas webs de compra-venta de vehículos usados para comprobar los precios por lo que se demandan aquellos modelos que son similares al tuyo. Esto te permitirá saber si el precio que has asignado a tu coche en el anuncio es el adecuado o si lo has infravalorado (o sobrevalorado).
Y es en este, el anuncio, con el que también debes tener sumo cuidado. Su lenguaje debe ser el claro y transparente, destacando sus virtudes y advirtiendo de sus defectos, y debe ir acompañado de unas bonitas imágenes que inciten a los potenciales compradores a decantarse por ti (entre las muchas opciones disponibles). De cumplir estos dos requisitos, estarás más cerca de deshacerte de tu vehículo a un buen precio.