¿Qué es el valor residual de un coche?

Descubre en qué consiste y cuáles son los factores que permiten el cálculo del valor residual de un vehículo.

Antes de vender un coche, o alquilarlo (a través de un renting o de un leasing) a un tercero, es fundamental que se calcule su valor (en concreto, su valor residual). Pero… ¿por qué es tan importante? En este artículo, y con detalle, os lo explicamos, además de indicaros los factores que influyen en su cálculo (ya sea para la compraventa o el arrendamiento del vehículo).

Pero, en primer lugar, vamos a conocer lo que es el valor residual de un coche.

¿Qué es el valor residual de un coche?

El valor residual de un coche es el que va a tener al final de su vida útil o al concluir un período específico (como, por ejemplo, un contrato de arrendamiento).

¿Qué factores van a determinar el valor residual de un coche?

Son varios los “aspectos” que se tienen en cuenta al calcular el valor residual de un coche. 

  • La marca y modelo del vehículo es uno de los condicionantes con más impacto en el valor residual de un coche. El hecho de que se trate de una marca conocida y que tenga una buena reputación (respecto de la calidad, fiabilidad y durabilidad de sus vehículos), puede hacer que este valor sea más alto (con respecto a aquellas que gozan de ella), algo que ocurre, de igual forma, si nos referimos a los distintos modelos que esta pueda tener. 
  • El kilometraje del vehículo, acumulado con el paso de los años, es otro de los factores que ayudan a dirimir el valor residual del coche. Aquellos vehículos que tengan un menor número de kilómetros tienden a tener un valor residual más alto (ya que se consideran menos desgastados y pueden tener una vida útil más larga) que los que ya tienen “mucho camino recorrido en sus ruedas”.
  • El estado del coche, incluyendo la apariencia exterior y la interior (y, también, el funcionamiento mecánico) juegan un papel crucial en el cálculo de su valor residual. Si se encuentra en buenas condiciones, a nivel general, este será más alto que si está dañado o no se ha realizado un mantenimiento adecuado.
  • El historial de mantenimiento, como se menciona en el punto anterior, es vital en el dictamen del valor residual del coche, siendo más alto, este último, si el vehículo está en disposición de un historial de mantenimiento completo y regular (lo que indicaría que ha sido cuidado adecuadamente a lo largo del tiempo).
  • Las innovaciones tecnológicas, y no solo sus características “de serie”, son un punto extra a tener en cuenta a la hora de calcular el valor residual de un coche. Estas harán que un coche, por quedarse desactualizado, rebaje su valor residual o, en el caso contrario, lo mantenga (si se ha modernizado a la par que el mercado).

Por último, y aunque no es un aspecto propio del coche, también influye en su valor residual, sin duda, la demanda que tenga en el mercado. Que sea un vehículo que guste, y se solicite mucho, puede influir significativamente en su valor residual, haciendo que sea más alto (respecto de los que se requieren menos).

¿Para qué sirve el valor residual de un coche?

En el caso de un particular, conocer el valor residual es importante ya que, gracias a él, va a saber lo que puede pedirle a un futuro comprador (si se decide a vender el vehículo).

Pero no es el único que se “beneficia” de saber el valor residual de un coche. También lo hacen, por ejemplo, las empresas que se dedican al renting o al leasing.

¿Por qué dependen del valor residual las empresas de renting y/o leasing?

Es sencillo: la cuota a pagar por el cliente, en ambos tipos de “arrendamientos”, va a depender del valor residual del coche (siendo esta mayor cuando menos se haya depreciado el vehículo).

Es por ello que, siempre que se devuelve un vehículo, al acabar el contrato, la compañía calcula el valor residual del coche, en ese momento, para saber el importe de la mensualidad que cobrará a la siguiente persona que lo utilice.

¿Cómo calcular el valor residual de un coche?

Para calcular el valor residual de un coche se valoran los factores que se han mencionado previamente (por ejemplo, la marca y el modelo, el kilometraje, el estado o la antigüedad del vehículo), existiendo la posibilidad de que, con el tiempo, aparezcan otros nuevos que afecten, en mayor o menor medida, a la valoración del vehículo.

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