Planificar nuestro ahorro de cara al futuro es algo que debemos hacer desde que somos jóvenes. De esta forma, podremos alcanzar con mayor facilidad los distintos objetivos que nos hayamos marcado como, por ejemplo, mantener nuestro nivel de vida una vez nos jubilemos.
Una forma de hacerlo es invirtiendo en fondos de inversión y en planes de pensiones. Para ello, y de cara a garantizar que la elección que realizamos es óptima, es bueno conocer los tipos que existen y cual es el riesgo y la rentabilidad que llevan aparejada.
1. Fondos de Renta Fija
2. Fondos de Renta Variable
Si eliges invertir en fondos con interés a tipo variable, y a diferencia de los que ocurría con los de renta fija, asumimos un riesgo más elevado, lo que implica que la rentabilidad que podemos obtener es mayor. Eso sí, la inversión estará sujeta a variaciones más profundas que en el caso anterior. Un ejemplo claro de activo de renta variable son las acciones.
El perfil que habitualmente realiza este tipo de inversiones es el decidido, dispuesto a correr un mayor peligro con su inversión y recibir, en la mayoría de los casos, una recompensa más alta.
3. Fondos de Renta Mixta
4. Fondos Monetarios
5. Fondos Garantizados
Riesgos en los fondos de inversión
Los beneficios que podamos obtener de nuestras inversiones dependen, en su mayor parte, del riesgo que estemos dispuestos a asumir. Por ello, en BBVA creemos que también es necesario que conozcas los principales factores que lo condicionan:
- Duración: indica el grado de sensibilidad que tiene el precio de un activo de renta fija (por ejemplo, un bono) ante las posibles variaciones que pueda sufrir su tipo de interés, mostrándonos también su vida media. Nos permite conocer también el riesgo al que nos exponemos.
- Volatilidad: indica el riesgo de un valor durante un periodo de tiempo, gracias al análisis estadístico de una serie histórica de sus cotizaciones. Es significa que podemos evaluar dicho nivel de riesgo: si es muy volátil, por ejemplo, es difícil predecir el comportamiento lo que genera mayor incertidumbre.
Te ayudamos a no tener tu dinero parado
- Política de inversión: hace referencia a la estrategia de inversión que se va a seguir, así como a los tipos de activos en los que se piensa invertir. Refleja el tipo de riesgo que se está dispuesto a asumir, el ahorro que se quiere obtener y otras necesidades.
- Riesgo país: hay que tener en cuenta siempre dónde se invierte. Así, por ejemplo, las inversiones realizadas en países emergentes tienen un riesgo añadido que se deriva de la posible inestabilidad económica, social y política.