La aplicación de las nuevas tendencias tecnológicas implantadas ya en la sociedad, más en el tiempo que vivimos, puede aportarnos muchos beneficios. Al menos, eso es lo que se entiende a priori. Para conocerlos, hemos contado con Humberto Bustince, Catedrático de Ciencias de la Computación y de Inteligencia Artificial de la Universidad Pública de Navarra, el cual, antes de adentrarse en ellos, se detiene a explicar un poco más la IA. Esta, y así lo indica, se definió en el año 1956 como la ciencia que trata de hacer que las máquinas lleven a cabo procesos los cuales, si los desarrollase una persona, diríamos que son inteligentes.
Desde este inicio de la IA hasta el día de hoy, todo ha cambiado mucho. De hecho, y por ello le gusta empezar de esta forma, los científicos están distinguiendo ya entre IA débil e IA fuerte. La primera se refiere a la inteligencia de los datos, es decir, la que usamos en el teléfono, en el coche autónomo, etc. Es la más conocida, por tanto. La segunda, por su parte, corresponde a lo relacionado con el cerebro, con el conocimiento, con las sensaciones, etc.
Dicho esto, ¿qué aportan la IA, la computación o la robótica, por ejemplo? El primer punto es la eliminación de trabajos repetitivos y, también, trabajos peligrosos. Es el origen de lo que, en 2013, se llamó ‘Industria 4.0’, que trata, simplemente, de descentralizar la dependencia que había en ciertas cadenas de producción de la mano de obra continuada. De hecho, ya han desaparecido una gran cantidad de este tipo de trabajos (con el paso de los años). Otra ventaja es la reducción de costes de producción. Si vamos a trabajar con datos y vamos a extraer información inteligente y a tomar decisiones en tiempo real, está claro que van a bajar mucho los gastos al respecto. Por ejemplo, con las nuevas tendencias tecnologías (previamente mencionadas) puedo controlar el tráfico de Madrid a tiempo real o puedo organizar el trabajo de una gran empresa también en el momento… En resumen, todos los recursos sociales pueden hacerse más rápidamente y de forma mucho más visible.
Además, y gracias a la aplicación de estas nuevas tendencias tecnológicas, el teletrabajo (en opinión de Humberto) se va a establecer ya. Es algo que ha venido para quedarse.
¿Quieres saber más sobre el papel de las nuevas tecnologías en nuestras vidas? Visualiza la entrevista íntegra a Humberto Bustince.
Nuevas tendencias tecnológicas: así cambian nuestros hábitos
Han cambiado nuestros hábitos, sobre todo con la llegada de la pandemia. ¿También nuestras preferencias a la hora de invertir? ¿Apostamos por las nuevas tendencias tecnológicas? Belen García-Moya, Directora de Asesoramiento y Altos Patrimonios de Banca Privada de BBVA lo tiene claro. Para ella, la tecnología es la principal fuerza en lo que a transformación de nuestras vidas se refiere, tanto desde los hábitos de consumo como los sociales.
Y es que, cada vez estamos más familiarizados, por ejemplo, con las plataformas que nos permiten realizar videoconferencias, videollamadas, incluso consultas con los médicos a distancia (evitando así el tener que ir a la clínica). También se está viendo un ascenso en las suscripciones a las plataformas de entretenimiento o un ‘boom’ en el sector de los videojuegos. De hecho, estos tienen actualmente más visualizaciones (en Estados Unidos) que algunos deportes ya consolidados como la NBA.
También subió en Norteamérica, y en el mes de mayo, el comercio electrónico. En China, por su parte, han pasado del 11% a un 24% en esta disciplina. Dos hechos que demuestran que se trata de una tendencia que ha venido para quedarse. Y todo con el actual 4G, el cual dará próximamente el paso al 5G y, con ello, a las descargas más rápidas, con más datos, más baratas… Es decir, se incrementará todo mucho más.
Pero no solo están cambiando nuestro hábitos, en base a estas nuevas tendencias tecnológicas, también los del inversor. Como argumenta Belén, cada vez es mayor el interés en los fondos temáticos, sobre todo desde el pasado mes de abril. Esto, en su opinión, se debe a que el inversor tiene a su disposición ideas que son tangibles, o lo que es lo mismo, puede visualizar el modelo de negocio o el racional de la inversión en la que quiere entrar, lo que hace que sea mucho más atractivo. Otro motivo, en opinión de nuestra experta, es que hay tendencias que lo están haciendo realmente bien en lo que va de año, lo que hace que haya una mayor demanda e interés en ellas.
De acuerdo con lo explicado hasta el momento por Belén García-Moya, Andre Themudo, Head of Assets Management para Iberia en BlackRock indica que, para él, lo que la pandemia ha hecho es acelerar esas nuevas tendencias, sobre todo las tecnológicas, que hemos estado viendo los últimos años. Alega que hemos avanzado 10 años nuestros comportamientos y que, de haberse producido esta pandemia 5 años antes, el mundo no hubiese estado preparado tecnológicamente para superarla de la manera que lo está haciendo.
Y nos pone un ejemplo: de media, el 70% de los trabajadores (lo que equivale a miles de millones de personas) han pasado a trabajar en casa de un día para otro. Un cambio muy drástico. Pero no solo eso. Como decía previamente Belén, y continúa Andre, actualmente trabajamos de manera distinta, nos relacionamos a través de pantallas, comemos y cenamos fuera (con la ayuda de aplicaciones) y hacemos la compra sin salir del hogar. Incluso para los tiempos de ocio, consumimos sin ir a una tienda, escuchamos música sin tener discos o vemos las últimas películas sin ir al cine.
Así, y dada la globalidad de estas empresas (de las grandes tecnológicas), un español puede tener las mismas aplicaciones en su móvil o televisor que un americano o un argentino. Un hecho que permite una revolución en el sector en el que pocas grandes empresas pesan mucho, y en el que existe una gran dispersión de pequeñas compañías disruptivas, campo de caza perfecto para un gestor profesional que, apoyado por un gran equipo y con escala suficiente, puede aprovechar estas oportunidades de inversión muy atractivas para el inversor.
Tendencias tecnológicas: crecen las opciones de inversión
Uno de los principales objetivos del inversor, al menos bajo la experiencia de Black Rock, es poder capturar varios de los subtemas que impulsan la tecnología. Y es que, a diferencia de otros sectores más uniformizados, en tecnología la amplitud y la dispersión son mucho mayores. A nivel global, se pueden distinguir más de 1.200 compañías, distribuidas en 6 grandes subsectores que van desde Internet (el más grande), al Hardware, Software, Servicios, Semiconductores y el Gaming. Cada uno de ellos, a su vez, se subdivide en otros subtemas como la IA, la nube o el Internet de las Cosas, por ejemplo.
Desde BlackRock, como comenta Andre, utilizan un enfoque activo para conocer cual de estos temas presentan las mejores oportunidades de inversión. Así, y para construir una cartera diversificada, tanto en lo relativo a la rentabilidad como al riesgo, es importante contar con una amplitud y un horizonte un poco más grande, en relación a las oportunidades que hay encima de la mesa.
En resumen, es bueno valorar la pluralidad y las particularidades de este sector. Hay que estar abierto a identificar nuevas realidades y entender que, si se invierte únicamente en tendencias tecnológicas de megacapitalización, es decir, en las grandes empresas como Facebook o Apple, es posible que no se tenga una exposición eficiente a todos estos temas. Por ello, recomiendan diversificar.
BBVA y las Megatendencias
BBVA está incorporando las megatendencias de una manera novedosa. Tras identificar las 4 existentes, sostenibilidad, demografía, nuevas pautas de consumo y tecnología, invierte en ellas mediante un vehículo que identifica como el ‘módulo de megatendencias’ (100% de renta variable), lo que muestra su apuesta por los que considera serán los principales motores del crecimiento mundial.
La inversión se lleva a cabo de un modo transversal, al tratarse de tendencias que interactúan entre sí, y se ejecuta mediante fondos temáticos de las principales gestoras internacionales, como es el caso de BlackRock, encargándose BBVA de la gestión activa de los fondos subyacentes. Las temáticas en las que se invierte, muy variadas, contemplan, por ejemplo, la innovación sanitaria, el consumidor conectado o el comercio electrónico, entre otros.
Lo que BBVA recomienda no es una aproximación del 100% del patrimonio de los clientes a este módulo. Lo visualiza como un satélite, es decir, como un complemento de la estructura de su cartera. Así, y en función del perfil de riesgo del inversor, se recomienda un porcentaje que se estima entre el 20% y el 30%.