¿Cuál es la rentabilidad de un plan de pensiones?
La rentabilidad de un plan de pensiones depende de múltiples factores que influyen en su comportamiento:
¿Qué factores van a influir en la rentabilidad de un plan de pensiones?
En primer lugar, influye el tipo de aportación a realizar, que puede ser periódica (mensual, trimestral…) o de manera esporádica (aportaciones puntuales sin periodicidad definida) y no podrán en ningún caso exceder el límite máximo establecido por ley, que asciende a 1.500 €.
Conforme el dinero se vaya acumulando en el plan, los gestores lo irán invirtiendo en diferentes activos financieros que dependerán, y sería un segundo factor a valorar respecto a la rentabilidad, del perfil de inversión al que responda el mismo. Existen tres perfiles de inversión frecuentemente aceptados y que dependen del nivel de riesgo que asumen y por tanto de la rentabilidad a la que aspiren. Los perfiles de los que dependerá la rentabilidad de los planes de pensiones son: conservador, moderado o decidido.
De esta forma llegamos al tercer factor que hace variar la rentabilidad de los planes de pensiones: a mayor riesgo de la inversión, mayor puede ser la rentabilidad obtenida pero también las pérdidas a las que se puede enfrentar el partícipe. Por el contrario, cuanto menor es el riesgo asumido, menor es la rentabilidad potencial pero menores son también las posibles pérdidas en las que puede incurrir la inversión.
En qué invierte un plan de pensiones para aumentar su rentabilidad
Los planes de pensiones invierten principalmente en productos financieros de renta fija y de renta variable. Otra manera de aumentar la rentabilidad de los planes de pensiones es invertir en instrumentos derivados o en activos del mercado monetario.. Así, se pueden dividir los planes de pensiones por el tipo de inversiones que realizan:
- Planes de renta fija a corto y largo plazo: invierten el capital principalmente en títulos de renta fija de diferentes vencimientos tanto de organismos públicos como de empresas privadas. Por las características de este tipo de inversión, los planes de renta fija tienen un riesgo teórico menor pero, a su vez, una rentabilidad estimada también menor.
- Planes de renta variable: invierte el capital en acciones de empresas que cotizan en la Bolsa de Valores. Estos activos están sujetos a una mayor volatilidad y por tanto a un mayor nivel de riesgo, si bien aspiran a ofrecer rentabilidades notablemente superiores a la de los activos sin riesgo o de bajo riesgo.
- Planes de renta mixta: los planes de pensiones de renta mixta combinan la inversión en renta fija y variable. La proporción de estas rentas dependerá del perfil de inversor del propio plan, por lo que cuanto más decidido sea este, mayor será el capital invertido en renta variable y cuanto más conservador, mayor el capital invertido en renta fija.
- Planes garantizados: pueden ser de renta variable o fija, y pueden garantizar la devolución del 100 % del capital y/o una revalorización mínima siempre y cuando se mantenga el dinero en el plan hasta el vencimiento del plazo contratado.
Con toda esta información sobre la mesa, es importante aclarar que no hay un plan de pensiones mejor o peor, sino planes que se adaptan mejor a los objetivos y perfiles de inversor del cliente.
Por ejemplo, para los ahorradores jóvenes que todavía tienen por delante un horizonte de 20 ó 30 años hasta su jubilación, se aconseja adoptar un perfil de inversor decidido y apostar por renta variable. El motivo es que las potenciales ganancias son mayores y, en caso de darse pérdidas en las inversiones, el cliente todavía tiene mucho tiempo por delante para recuperarlas.
El caso contrario lo representan aquellos ahorradores que se acercan a su fecha de jubilación y ya tienen pocos años por delante para aportar a su plan de pensiones antes de rescatarlo. Para ellos, se aconseja adoptar un perfil de inversor conservador en el que se invierte en renta fija, de menor rentabilidad, pero también de menor riesgo. La prioridad en este momento es consolidar el capital y no exponer el ahorro de muchos años a riesgos innecesarios.
La importancia de las aportaciones periódicas
La rentabilidad que ofrece un plan de pensiones es muy importante de cara a hacer crecer los ahorros del cliente. Sin embargo, no es el único factor a tener en cuenta a la hora de estimar el objetivo de ahorro que se quiere alcanzar con el plan de pensiones. De hecho, es fundamental que el cliente se plantee una filosofía de ahorro en la que se aporte capital de manera regular.
Ahorrar 100 € mensuales a una rentabilidad del 3 % es más beneficioso que ahorrar 50 € mensuales a una rentabilidad del 6 %, como se puede comprobar en el siguiente ejemplo:
Plan A | Plan B |
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Plan A
Tipo de interés nominal 3 %
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Plan B
Tipo de interés nominal 6 %
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Plan A
Tanto anual equivalente (12m) 0,25 %
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Plan B
Tanto anual equivalente (12m) 0,49 %
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Plan A
Edad (30 años)
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Plan B
Edad (30 años)
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Plan A
Jubilación (65 años)
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Plan B
Jubilación (65 años)
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Plan A
Plazo (35 años)
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Plan B
Plazo (35 años)
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Plan A
Plazo (420 meses)
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Plan B
Plazo (420 meses)
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Plan A
Importe mensual: 100 €
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Plan B
Importe mensual: 50 €
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Plan A
Total ahorrado: 73.547 €
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Plan B
Total ahorrado: 68.680 €
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Ejemplo extraído del Instituto BBVA de Pensiones
Como se puede comprobar, un mayor volumen de ahorro en un plan de pensiones de rentabilidad reducida proporciona mayor beneficio que un ahorro menor realizado en un plan de pensiones de mayor rentabilidad.
Igual de importante es la constancia en las aportaciones, algo que tiene especial efecto positivo en plazos largos. Es más conveniente realizar pequeñas aportaciones pero de forma constante que aportaciones de un importe mayor pero de manera irregular en el tiempo.