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¿Cuál es el ciclo de vida de un coche?
En marketing, el ciclo de vida de un producto es el periodo transcurrido entre su concepción y su retirada del mercado. No obstante, una percepción más común de este concepto es que abarca la edad, o duración del útil, desde que se compra hasta que deja de utilizarse por desgaste o mal funcionamiento.
La vida útil de un coche no es una cifra exacta, pues depende de varios factores como son el kilometraje, influido a su vez por los caballos y el fabricante, el mantenimiento o el agotamiento. También por el rendimiento del vehículo, que determinan desde los materiales empleados en su fabricación hasta el clima de la zona donde se conduzca habitualmente.
En 2010, un coche duraba de media unos 8,3 años, según un estudio elaborado por la ACEA (European Automobile Manufacturers Association) y la ANFAC (Asociación Española de Fabricantes y Automóviles Españoles). En España, hoy, el promedio de vida útil de un vehículo tiende a alargarse hasta los 12 años, condicionado por las limitaciones económicas que dificultan la sustitución.
Este ciclo de vida también se ve afectado, aunque a la inversa con respecto al caso anterior, por las directrices europeas en materia de seguridad y sostenibilidad medioambiental, las cuales abogan por reemplazar progresivamente los vehículos más antiguos por modelos menos contaminantes.
¿Qué factores pueden alargar la vida útil de un coche?
Cambiar un vehículo conlleva una inversión significativa. Por este motivo, muchos conductores tratan de aumentar el ciclo de vida de su automóvil. Para ello, los expertos recomiendan realizar cambios periódicos del aceite y del filtro (cada 15.000 km), de las pastillas de freno (entre 20.000 y 40.000 km) y de las baterías (cada 4 ó 5 años). Junto a estos cambios puntuales, existen una serie de medidas que pueden adoptarse a diario para optimizar el funcionamiento de un coche. Se aconseja conducir de forma tranquila, intentando evitar frenazos y acelerones, así como circular más por carretera que por ciudad (para no desgastar el embrague y los frenos rápidamente) y aparcar el coche en un garaje para prevenir una sobreexposición a las condiciones climáticas.
Sin embargo, no siempre es posible alargar la vida útil del automóvil. Algunos síntomas que indican la necesidad de cambiarlo son la dificultad para arrancar el motor, la expulsión de humo negro o los problemas con la palanca de cambio. En cualquier caso, no conviene esperar a que el automóvil deje de funcionar para cambiarlo, puesto que un coche que experimenta fallos puede entrañar riesgos en la carretera, tanto para quien lleva el volante como para el resto de conductores.
¿Es posible comprar un vehículo nuevo con financiación?
En ocasiones resulta más rentable pasar por el concesionario antes que por el taller. Si el coste de la reparación sumado a otros gastos de mantenimiento periódico y de seguro equiparan un 80 % del coste de un coche nuevo o de segunda mano, es hora de reemplazar. Ante tal desembolso, no es sorprendente que cada vez más usuarios recurran a la financiación de parte o el total del importe de un nuevo vehículo.
Tanto los concesionarios como las entidades bancarias ofrecen varias opciones de crédito adaptadas al perfil del comprador. Así, mientras los primeros ofrecen una financiación flexible a través de leasing, los segundos ponen a disposición de sus clientes una amplia variedad de préstamos, creados en base a sus necesidades. Cada uno incluye una cantidad disponible, un plazo de devolución, unas comisiones de apertura, de cancelación total o parcial y unos tipos de interés diferentes.