Encuentra la financiación que necesitas para tu moto
Por ello, son muchos los que se acercan a los concesionarios preguntando por los distintos modelos de moto disponibles y, sobre todo, por su precio. Y es que, antes de invertir una gran suma de dinero en ella, es bueno que evalúes para qué la quieres, ya que no es lo mismo usarla únicamente para ir a tu trabajo que hacerla tu vehículo habitual, o la cantidad de kilómetros que vas a recorrer cada día, hecho que te llevará a revisar con detalle cuál será su consumo a los 100, entre otros factores. También debes tener en cuenta, además de su precio de venta, los gastos que, posteriormente, va a generar: seguro, impuestos (ITV incluida), mantenimiento, etc.
En este artículo vamos a mostrarte todo lo que debes valorar antes de dar por bueno el precio de una moto, además de mostrarte las opciones de financiación que, una vez te hayas decidido, ofrecemos desde BBVA.
Tener claro tu presupuesto, clave al evaluar el precio de la moto
¿Para qué quiero la moto?
¿Cuántos kilómetros pienso hacer con ella?
La distancia recorrida al final de la jornada está ligada siempre al empleo de la moto. Por ejemplo, si te montas en ella para ir a trabajar, y este se encuentra cerca de tu domicilio, el gasto será menor que si has de cruzar la ciudad para llegar a la oficina. Lo mismo ocurre con las visitas a la familia, a los amigos o, también, al supermercado.
También debes tener en cuenta el número de desplazamientos que lleves a cabo. Si lo habitual es que tus días se resuman en un ir y venir del trabajo, exclusivamente, no inviertas un alto precio en la moto, ya que necesitas que tenga solo unas prestaciones básicas (o de nivel medio). Sin embargo, si eres de los que no para en casa, sí debes aumentar la cantidad a pagar por ella (nunca por encima del presupuesto) al ser necesario que disponga de mejores características.
Buscando una buena relación calidad - precio de la moto
A estos primeros atenuantes, se unen otros más técnicos, pero igual de importantes, a la hora de dar por bueno el precio de una moto:
- Maniobrabilidad: revisa si, al sentarte en ella, te adaptas bien a su estructura. Además, y una vez la pongas en marcha y la pruebes, fíjate en que el movimiento sea fluido y que, sobre todo, de bien las curvas. Debes sentirte seguro cada vez que tomes los mandos.
- Comodidad: otro aspecto importante, dado que vas a pasar tiempo sobre ella. Vigila que la postura que adoptes sea la correcta, y que no te genere dolor, valorando también aspectos, quizás más superfluos, como si tus pies llegan al suelo con facilidad al detenerte (si no es así, y con lo pesada que es, puedes llegar a caerte).
- Aceleración y frenado: si estás dispuesto a pagar un precio alto por la moto, no debes conformarte con una potencia estándar y sí buscar algo más. Para ello, lo mejor es que te subas y evalúes la velocidad que es capaz de alcanzar, así como la forma de llegar a ella y mantenerla, es decir, ver si la conducción es suave o, por el contrario, tosca e incontrolable en ocasiones. De igual modo, debes probar la efectividad de los frenos, ya que un mal funcionamiento de estos puede dar pie a un accidente.
- Aerodinámica: si tienes pensado realizar largos recorridos, y a velocidades elevadas, tienes que ser consciente de que necesitas una buena aerodinámica para no tener problemas durante el trayecto.
Factores que influyen en el precio de la moto y en los que no siempre se piensa
No solo debemos adaptar el presupuesto al precio de una moto. ¿El motivo? Una vez la saquemos del concesionario, y en algunos casos antes de hacerlo, hay más gastos a los que debemos hacer frente:
- Seguro: obligatorio, como en los coches, da cobertura al conductor en caso de accidente. Su coste, como en el resto de vehículos, depende de la edad y experiencia del conductor, así como del tipo de moto adquirida y su potencia.
- Impuestos: junto al seguro, otros de los costes adicionales que encarecen el precio de la moto es el de los impuestos que lleva añadidos como, por ejemplo, el de matriculación (el cual depende de la cantidad de CO2 que emita) o el de circulación (cuya cuantía es variable y la definen los distintos ayuntamientos). También podemos incluir en este apartado el IVA del vehículo (del 21%, salvo que sea de movilidad reducida que disminuye al 4%) y la ITV.
- Mantenimiento: no debes olvidarte que la moto que compres, en el futuro, necesitará pasar por el taller. Bien sea porque el consumo de las ruedas, o por un pinchazo, por el desgaste de la pastilla de freno, por el cambio de un piloto o por una abolladura en la chapa tras un golpe, estos vehículos necesitarán los cuidados de un mecánico para seguir funcionando como el primer día. Y eso suma en el precio de la moto, aunque no sea en el de compra.
- Accesorios: también son necesarios si queremos salir a la carretera sin correr riesgos. Cascos, chaquetas, guantes, pantalones, botas e, incluso, una manta para el frío, son algunos de los más utilizados por los amantes de las motos.