La venta online está siendo el salvoconducto de una gran parte de los comercios basados, hasta hoy, en la tienda física, pero no de todos. De hecho, para muchos de estos, dicha venta online no es la salida idónea al no poder permitirse los medios adecuados para lograr una digitalización completa y efectiva. A ellos les toca reinventarse siguiendo otro modelo de negocio distinto, la venta a distancia, la cual ha crecido en estos últimos meses de 2020 hasta un 80 %.
Eso sí, no tener acceso a una plataforma de venta online no significa que haya que descuidar la presencia en Internet. De hecho, la primera pauta a seguir es cuidar nuestra presencia online, además de la offline. Esto significa que, como mínimo, se debe disponer de una página web en la que los clientes puedan encontrar el catálogo de productos con información relativa a ellos y su precio final. Este escaparate se verá apoyado por el punto de venta físico que, en este caso, se convertirá en un punto informativo y de atención al cliente, además de ser el almacén.
En segundo lugar, hay que estar siempre atentos a los clientes. Son la base de todo negocio y se les debe ofrecer la mejor experiencia posible. Para fidelizarles, y seguir siendo su opción preferente a la hora de comprar, se recomienda realizar campañas ‘ad hoc’ a este objetivo, además de desarrollar un buen sistema logístico de envíos y devoluciones y potenciar la atención al cliente. Tampoco hemos de perder de vista a la competencia. Hemos de analizar sus métodos y adaptarlos en caso de poder resultarnos de utilidad.
Es bueno aprovechar los beneficios de las redes sociales, sobre todo a nivel estratégico. Realizar en ellas una buena campaña de marketing puede ayudar a fidelizar a los clientes que ya se tienen y, también, a atraer a los que todavía dudan. El mensaje a transmitir debe adecuarse al canal que se está usando, lo que habitualmente indica que el tono debe ser amigable y de proximidad.
Se tienen que valorar todos los canales de venta que nos ofrece la venta a distancia. Además de la tienda online, se ofrecen otros procedimientos de compra y otros medios de pago alternativos. En relación a los primeros, disponemos del teléfono o el correo electrónico, las plataformas de mensajería, Whatsapp por ejemplo, las propias redes sociales, los conocidos ‘marketplaces’ o los formularios. En el segundo caso, es posible utilizar la tarjeta bancaria, Bizum, PayPal, etc.
Por último, hay que garantizar el pago por parte del cliente. Más cuando las entregas no las realiza el propio comercio y si una empresa de mensajería. Para evitar este problema, existen plataformas de comercio online que facilitan este procedimiento como, por ejemplo, el envío de un link de pago a través de SMS o email, el cual da acceso a un entorno de pago seguro en el que realizar la transferencia.
Existen situaciones que obligan a los negocios a actualizarse. La venta a distancia es un modelo de negocio que puede hacer que muchos de ellos puedan seguir en el mercado. ¿Quién se apunta?