La reunificación de deudas consiste en agrupar todos los préstamos e hipotecas que tengamos contraídos en un solo préstamo. De esta forma, tan solo afrontaremos el pago de una única cuota mensual cuya cuantía será menor a la suma de las diferentes cuotas a las que anteriormente teníamos que hacer frente. Es decir, se reúnen deudas para reducir de manera considerable lo que pagamos al mes, a costa de incrementar el plazo de amortización y, por tanto, el coste final de la operación debido a los intereses.
Esta forma de afrontar el pago de nuestras deudas la pueden gestionar empresas especializadas, denominadas mediadoras, que permiten unificar préstamos e hipotecas que tengamos con diferentes entidades bancarias o con diferentes tipos de interés. También se pueden reunificar las deudas a través de una entidad bancaria con la que tengamos la mayoría de préstamos o hipotecas pendientes. Echémosle un vistazo ahora al proceso de reunificación, sus gastos, ventajas, inconvenientes y requisitos.
Cómo pasar de pagar varias cuotas mensuales a una sola
El camino hacia la reunificación de nuestras deudas no es especialmente complicado, aunque sí requiere del estudio de nuestro caso por parte de la empresa mediadora. Esta analizará nuestras deudas, los intereses que estamos pagando y los plazos de amortización que tenemos por delante para, una vez aprobada la operación, comenzar a negociar con las diferentes entidades bancarias las nuevas condiciones de pago.
Cuando el proceso esté en marcha, se cancelarán todos nuestros préstamos e hipotecas para reunificarlos en una sola hipoteca con las nuevas condiciones previamente negociadas. Esta nueva hipoteca sumará el total de nuestras deudas pendientes y tendrá tanto un nuevo tipo de interés como un nuevo plazo de amortización, habitualmente más largo para reducir así la cuota mensual que tendremos que pagar.
Qué gastos conlleva la reunificación de deudas
Juntar nuestras deudas en una sola implica una serie de gastos que conviene tener en cuenta, más allá del coste en intereses que hemos mencionado anteriormente.
- Como la reunificación implica la cancelación anticipada de todos nuestros préstamos, lo más habitual será que tengamos que pagar las habituales comisiones por cancelación o amortización anticipada.
- Por otro lado, para unir nuestras deudas debemos formalizar la apertura de una nueva hipoteca, con todos los gastos asociados que esto conlleva, como la comisión por apertura de hipoteca, los costes de tasación de la vivienda o inmueble hipotecado, el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados o los honorarios de la notaría.
- Por último, si se decide gestionar la reunificación a través de una agencia mediadora, esta cobrará sus propias tarifas; por su parte, en caso de reunificar las deudas a través de nuestro propio banco, estos no suelen cobrar comisiones por la operación de reunificación.
Qué requisitos se piden para reunificar deudas
Existen varias condiciones para que podamos acceder a la reunificación de nuestras deudas. El primero de ellos es que no podemos escoger unificar unas deudas y no otras: deberemos agrupar todos y cada uno de los préstamos que tengamos bajo una misma hipoteca.
De esta forma, el segundo requisito más habitual es que la cuantía de esta nueva hipoteca no supere el 80 % del valor del bien hipotecado. Esto ofrece una garantía adicional a la entidad con la que tenemos las deudas, aunque lo normal es que nos pidan también los habituales requisitos que se aplican a la concesión de cualquier hipoteca: ingresos mensuales estables y demostrables, no estar incluido en una lista de morosos y presentar un avalista que nos respalde.
Aunque reunificar las deudas aliviará de manera muy importante el coste mensual de nuestros préstamos, también lo incrementará a la larga. Por lo tanto, conviene analizar muy detenidamente todos los costes que tendremos que afrontar durante el proceso de reunificación así como el gasto final que resultará de haber prologando el pago de nuestros préstamos.