Sin embargo, puede haber situaciones en las que al usuario no le interesen las tarjetas de crédito que le ofrece su entidad bancaria y busque alternativas más allá para aprovecharse de servicios adicionales o descuentos.
Al contratar una tarjeta de crédito sin cambiar de banco se está produciendo lo que se conoce como domiciliación externa, es decir, que se permite que los pagos mensuales se puedan domiciliar en una cuenta de cualquier entidad. Es por eso que no necesitas crear una nueva cuenta en otro banco para poder operar con ella.
Contratar una tarjeta de crédito de otra entidad
Actualmente se puede realizar la contratación de una tarjeta de crédito sin cambiar de banco a través de internet, sin necesidad de desplazarnos a la entidad bancaria con la que la vamos a contratar, o también se puede hacer de manera presencial en una oficina.
Es un proceso sencillo que requiere de apenas unos minutos en los que el cliente debe presentar sus datos personales y financieros para que la entidad bancaria estudie su solicitud. Este estudio tardará varios días. Si todo va bien, en unos pocos días recibiremos en nuestro domicilio la tarjeta de crédito y ya podremos comenzar a utilizarla.
Lo más habitual es que adquirir una tarjeta de crédito en un banco diferente al nuestro requiera de unos requisitos parecidos a los que nos pondría nuestro propio banco. Lo principal es el volumen de ingresos que se debe demostrar y que dependerá de la tarjeta de crédito que se solicite.
Ventajas de tener una tarjeta de crédito en otro banco
Existe toda una gama de tarjetas crédito que los bancos ofrecen y que no obligan a abrir una cuenta corriente, principalmente porque en el momento de abonar los gastos mensuales estos se cargan a una cuenta de la elección del cliente. Esta facilidad se añade a las ventajas que suelen ofrecer este tipo de tarjetas y que los bancos intentan maximizar para hacerlas más atractivas.
Por ejemplo, muchas de estas tarjetas ofrecen cuotas de alta y renovación muy competitivas (que en algunos casos llegan a ser totalmente gratuitas). A ello se le añaden una serie de servicios que van mucho más allá de ofrecer crédito:
- Seguros de protección de compras, de viajes, de accidentes...
- Descuentos y cupones en diferentes establecimientos.
- Pagos flexibilizados.
Por último, adquirir una tarjeta de crédito en un banco diferente al nuestro ofrece una libertad adicional, ya que no perderemos nuestra tarjeta si en algún momento decidimos cambiar de banco.