Son varios los aspectos a valorar si se opta por emprender. Uno de las más importantes es elegir si se inicia la actividad por cuenta propia y en un negocio que parte de cero, con toda la incertidumbre que puede generar, o bajo la marca de una franquicia, con un modelo de negocio de éxito, que funciona en diferentes escenarios y tiene un 'know how' consolidado y replicable a todas sus unidades franquiciadas.
En este artículo, y con detalle, te vamos a explicar esta “segunda opción”, de forma que entiendas lo qué es una franquicia, los elementos que la componen y su funcionamiento, además de conocer sus ventajas y desventajas.
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¿Qué es una franquicia?
La franquicia es un sistema de comercio asociado entre empresas financieras y jurídicamente independientes, pero ligadas por un contrato en virtud del cual, una de ellas (la franquiciadora) concede a la otra u otras (franquiciados), a cambio de unas contraprestaciones económicas, el derecho a explotar una marca y/o una fórmula comercial materializada en unos signos distintivos, asegurándole la ayuda técnica y los servicios regulares necesarios destinados a facilitar dicha explotación. Es importante tener claro qué es una franquicia y cómo funciona, y en las próximas líneas te lo vamos a contar.
¿De qué elementos se compone una franquicia?
En primer lugar, y son fundamentales en una franquicia, se encuentran el franquiciador (o franquiciante) y el franquiciado, o lo que es lo mismo, el dueño de la marca (y el que tiene la potestad de “ofrecer” la franquicia) y la persona que la adquiere y, con ella, monta el negocio en un lugar en concreto.
Una franquicia se caracteriza, en segundo lugar, por tener un modelo de negocio que está definido, lo que significa que sabe, por ejemplo, los productos o servicios que comercializa o cuál es su público objetivo. En base al modelo de negocio, y de cara a aplicarlo en las franquicias, se elaboran los manuales de operación. En ellos, y con detalle, se explican los procesos a seguir, con respecto al producto o servicio que se ofrece, de forma que las franquicias, en su totalidad, mantengan un mismo nivel de calidad. Y para que estos últimos (los manuales de operación) se apliquen de manera óptima, es importante la capacitación, o transmisión del conocimiento, del franquiciador al franquiciado, con el objetivo de enseñar y/o reforzar sus habilidades (relacionadas con la franquicia) y conseguir, así, que la puesta en marcha del negocio sea, a todas luces, un éxito.
En tercer lugar, y es clave en una franquicia, son los acuerdos (por escrito y en forma de contrato) que se establecen entre el franquiciador y el franquiciado, en los que se establecen los compromisos del primero y las responsabilidades del segundo (respecto a la relación empresarial que van a comenzar). Con todo firmado, y antes de comenzar a “funcionar”, es importante que se le proporciona a la franquicia una buena logística, es decir, que disponga de las herramientas y el personal que necesita para el buen funcionamiento de su cadena de suministro.
Por último, y no menos importante, una franquicia tiene que valorar, de entre todas las opciones, su ubicación, ya que es uno de los factores clave del éxito. El ‘dónde’ se establece la franquicia, en la mayoría de los casos, va a determinar en el corto-medio plazo su futuro.
¿Cómo funciona una franquicia?
El proceso de “apertura” de una franquicia no se reduce, literalmente, al acuerdo que alcanzan el franquiciador y el franquiciado.
Si bien es cierto que es la base de su “puesta en marcha”, hay que saber que el franquiciado, al inicio de la “relación empresarial”, tiene que desembolsar una pequeña cantidad de dinero, a la que se irá sumando, mensualmente, un porcentaje (fijo o en relación a lo “ganado”). Además, el franquiciado va a adquirir, según lo firmado en el contrato, unas obligaciones, relativas a los estándares de calidad que ofrece la franquicia (en el producto, en el trato al cliente, etc.).
Por su parte, el franquiciador se compromete, normalmente (dependerá de los que se indique en el contrato), a hacerse cargo de aspectos como, por ejemplo, las patentes o las capacitaciones que requiera la franquicia, facilitando su correcto funcionamiento.
Ventajas de las franquicias
Son varias las ventajas de las franquicias, destacando las siguientes:
- La inversión inicial es inferior a la que se tendría que hacer en un negocio que parte de cero.
- Al abrirse una franquicia, habitualmente de una marca conocida, el riesgo que se asume, tanto a nivel comercial como económico, es más bajo, reduciéndose también (al estar ya testada la marca) ciertos inconvenientes adicionales que sí pueden originarse al empezar con un negocio “nuevo”.
- El crecimiento de una franquicia, comúnmente, suele ser bastante rápido.
- Otra ventaja de las franquicias es que se aprovechan de lo que se conoce como economía de escala (la empresa produce más cantidad de producto, hecho que abarata su coste), reduciendo con ello, y a priori, sus gastos.
- Se favorecen de la publicidad que otras franquicias de la marca han hecho previamente. Se benefician, también, de la experiencia que estás últimas han adquirido en sus años en el mercado.
Otras ventajas de abrir una franquicia
Se suelen contar con unas opciones de financiación más ventajosas. También, se pueden apoyar en el equipo de expertos de la marca (los cuales ayudarán a encontrar la mejor localización para la franquicia, entre otras cosas) y/o comercializar los nuevos productos (y servicios) que esta pone en marcha.
Desventajas de las franquicias
Las principales desventajas de las franquicias son:
- No se tiene opción de realizar cambios (imagen, mensaje, etc.), trabajándose, en la mayoría de los casos, bajo las pautas indicadas por la marca.
- No se toman las decisiones importantes (lo hace el franquiciador).
- Se deben cumplir los compromisos adquiridos con la marca, pudiendo llegar a rescindirse el contrato (o los derechos de compra) si esto no se produce.
- Las comunicaciones, sobre todo a través de Internet, deben ajustarse a las pautas indicadas por la marca, es decir, la presencia online de esta y sus franquicias debe ser coherente y seguir unos mismos parámetros.
- Se deben aceptar las visitas del franquiciador, o de su equipo, cuyo objetivo es comprobar qué acciones se están llevando a cabo para explotar la marca.
- Los beneficios obtenidos, en muchos casos, si bien se obtienen más rápido (como hemos indicado previamente) son menores.
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