Según el estudio 360 Wellbeing Survey 2019: Well and Beyond (elaborado por Cigna), las finanzas personales, la alta carga de trabajo y la salud personal son los principales focos de estrés de las personas (acentuados por la pandemia de la COVID-19).
Esto indica que, por su primera posición en el “ranking”, el estado de las finanzas influye, en función del caso, tanto en la salud física como en la salud mental de las personas, haciendo muy necesario el cuidar bien de ella (aplicando mejoras si no es todo lo acertada que debería) ya que, de esta forma, se obtiene un beneficio en ambos planos (mental y físico).
En este artículo vamos a mostrarte con detalle la forma en la que estas finanzas inciden en la salud física y mental de un individuo, así como las acciones a realizar para mejorar en este aspecto. ¡Sigue leyendo!
¿Quieres mejorar tu salud financiera?
Salud física y mental: ¿cómo influye en ellas la salud financiera?
Tener que enfrentarse a una situación de estrés financiero puede afectar, en mayor o menor medida, a nuestra salud física y mental, ya que son aspectos que están interconectados entre sí. Es decir, que una persona pase por un mal momento, a nivel económico, puede generarle altos niveles de ansiedad y nerviosismo que deriven en alteraciones en ambos sentidos. Esto hace especialmente relevante el no esperar a que se agrave y establecer las medidas necesarias para solucionarlo.
Una de las mayores preocupaciones, junto a la posibilidad de no poder abonar los gastos fijos, es no contar con un colchón financiero que permita hacer frente a un imprevisto. No tener la tranquilidad que da disponer de esa cantidad ahorrada para ello puede llegar a erosionar la salud física y mental de una persona, como también lo hace el no contar con una buena salud financiera a largo plazo (pensiones, planes, etc.), sobre todo con vistas a la jubilación.
Otros factores que también inciden en la salud física y mental de las personas son:
- La hipoteca.
- Los recibos domiciliados (luz, agua, gas, etc.).
- La atención médica (seguros, etc.).
- La seguridad laboral.
Todas ellas demuestran que si se cuenta con unas finanzas saneadas, gozar de una buena salud física y mental es mucho más fácil.
¿Cómo puedo mejorar mi salud física y mental (atendiendo a la salud financiera)?
Si la salud física y mental se ha visto, o se ve, afectada por la financiera, no se debe esperar para tomar medidas. La organización Mental Health First Aid International recomienda, en estos casos:
- No ignorar el hecho en sí, ya que, por hacerlo, estos no desaparecen.
- Consulta con tu banco o con un asesor financiero en relación a tu patrimonio, deudas, y que este te ofrezca herramientas para mejorar tu salud financiera.
- Solicitar ayudas públicas (nacionales, locales, regionales) o bonos sociales, a disposición de los ciudadanos para que afronten sus obligaciones de pago o los gastos propios del día a día.
- Evitar gastos triviales e innecesarios, hecho que rebajará lo invertido y hará crecer el ahorro.
- Registrar todos tus gastos e ingresos que se produzcan. En relación a esto, hay que tener en cuenta las estimaciones de los expertos:
- No destinar más de un 50% de los ingresos a los gastos fijos
- No destinar más de un 30% de los ingresos a los gastos variables.
- Destinar un 20% de los ingresos al ahorro.
- Emplear soluciones digitales para la gestión de finanzas (como Salud Financiera de BBVA).
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Siempre creando oportunidades, BBVA pone a disposición de sus clientes Salud Financiera, una experiencia que tiene como objetivo contribuir a que cualquier persona, sin importar su nivel de ingresos, pueda alcanzar un bienestar financiero, estado en el que la gestión del dinero impacta de forma positiva en su vida y al que es posible que llegue si equilibra sus ingresos y gastos, además de mejorar su toma de decisiones financieras.
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