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Pago recurrente y pago único, ¿qué son?
El pago recurrente, o pago por suscripción, es aquel en el que el usuario ha de pagar de forma periódica y automática en contraprestación a la entrega de un producto o a la prestación de un servicio. Existen diversos modos de satisfacer este tipo de pagos, entre los que destacan el pago por tarjeta y la domiciliación bancaria. Para que estos pagos sean efectivos, es necesario que el titular de la cuenta o de la tarjeta haya otorgado su consentimiento expreso para ejecutar dicha operación. Además, los consumidores pueden revocar en todo momento la orden de pago y cancelar los pagos recurrentes siempre que lo consideren conveniente.
Por lo general, el pago único se asocia a las transacciones relacionadas con la venta de bienes. Este tipo de pagos son las operaciones que resultan de la adquisición de uno o varios productos en un momento determinado. Por ejemplo, cada vez que acudes a tu establecimiento habitual a hacer tu compra semanal realizas un pago único, puesto que abonas el importe de dichos artículos de manera instantánea. Es probable que en tu día a día efectúes pagos únicos como este en múltiples ocasiones al ser esta una de las modalidades más comunes.
Por lo tanto, la principal diferencia que existe entre el pago recurrente y el pago único se basa en la periodicidad de cada uno: el primero está sujeto a plazos temporales prolongados y el segundo se efectúa de manera inmediata y puntual.
Ventajas y desventajas del pago recurrente y el pago único
Para los proveedores de servicios, uno de los aspectos positivos del pago recurrente es que permite poder disponer de ingresos regulares. Además, al realizarse de forma automática, mediante la domiciliación de este, el riesgo de que se produzcan impagos disminuye significativamente. Esta automatización también revierte positivamente en la gestión de las operaciones de cobro, reduciendo los costes asociados a la misma.
El pago recurrente también ofrece ventajas a los consumidores, puesto que no tienen que invertir tiempo ni energía en realizar los trámites de forma personal. Asimismo, permite a los usuarios una mejor gestión de los gastos habituales y la planificación de sus finanzas a largo plazo. No obstante, no es posible adherirse a esta modalidad en todos los casos: solo si se trata de productos o servicios relacionados con cargos por consumo (suscripciones, pólizas, membresías, etc.). Tampoco son una opción conveniente si no se cuenta con una base estable de ingresos, pues la falta de pago podría convertir al usuario en un deudor en mora, con las correspondientes consecuencias que ello implicaría.
Por otro lado, los pagos únicos permiten a los consumidores mantener un control total sobre sus gastos, ya que pueden decidir cuál es el momento más conveniente para efectuar un pago o si están en condiciones de asumirlo. Además, este tipo de pagos permite a los usuarios familiarizarse con un producto o servicio y asegurarse de que cumple con sus necesidades antes de comprometerse a largo plazo.