La calificación energética de una vivienda es la que indica la eficiencia de la misma en lo que a consumo de energía se refiere. Esta se “corrobora” mediante un documento, el Certificado de Eficiencia Energética, que atribuye una calificación, una letra de la A (el mayor grado) a la G (el menor grado), al inmueble.
Aquellos edificios que obtengan una A, B o C, serán los que, al ser más eficientes, hacen un gasto de energía inferior (en comparación con la media) y no requieren de cambios (a corto plazo). El resto (de la D a la G) hacen un consumo que, por su elevada cuantía, sí requiere de la toma de medidas que ayuden a rebajarlo. En este artículo vamos a mostrarte que has de hacer para mejorar la eficiencia energética de una vivienda. ¡Sigue leyendo!
Así puedes mejorar la eficiencia energética de una vivienda
Aislar correctamente la vivienda
Una parte importante de la energía que puede perderse en un hogar se produce por no tenerlo correctamente aislado. Por eso, y como primera medida para mejorar la eficiencia energética de una vivienda, se recomienda la revisión de ventanas y puertas (y de sus distintos componentes), principalmente, por si pudiese haber alguna grieta o espacio en ellas que favorezca el “escape” de dicha energía (hasta un 30% puede llegar a perderse). Si lo hay, y a pesar del coste que tenga, habría que solucionarlo ya que, en el largo plazo, se notará el “ahorro” de tenerlo en perfecto estado.
Disponer de un sistema de calefacción eficiente (y darle un uso adecuado)
En base a los datos obtenidos por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio (en colaboración con IDAE), el 50% de la energía que se consume en una casa es para calentarla. Por lo tanto, y a la ahora de mejorar la eficiencia energética de una vivienda, es importante que el consumo de su sistema de calefacción no sea “elevado”. Desde calderas a radiadores, estufas o bombas de calor, pasando por la instalación de suelo radiante, todos ellos deben ser eficientes (en la medida de lo posible).
En cuanto a la forma de utilizarlo, y para eficientar más la vivienda, se recomienda la instalación de mecanismos de regulación, como termostatos programables, para ajustar la temperatura en las distintas franjas horarias del día, apagar la calefacción de noche (también al ventilar la casa por la mañana) y no dejar que su graduación supere los 21 ºC (por cada grado en el que se supere esta cifra, se gastará un 7% más de energía).
Cambiar los electrodomésticos por unos modelos más ‘eco’
Cuanto más tiempo haga de la compra de un electrodoméstico, mayor será su consumo. Por tanto, si lo que se quiere es mejorar la eficiencia energética de una vivienda, que la lavadora o el lavaplatos tengan, por ejemplo, 10 años, no ayudará a conseguirlo. Lo ideal, si se da el caso, es cambiarlo por un modelo más actual, que lleve una etiqueta A+, A++ o A+++, lo que garantiza un ahorro en el consumo de energía… ¡y en el importe de la factura de la luz!
En el caso de los pequeños electrodomésticos, sobre todo en aquellos que producen mucho calor (secadores, planchas para el pelo, etc.), también hay que tratar de elegir el modelo que sea más eficiente, además de optimizar su uso. Lo mismo ocurre con aparatos eléctricos de uso habitual como la televisión o el ordenador, los cuales generan lo que se conoce como ‘consumo fantasma’.